El encuentro de Cony y Josue en la playa al atardecer
En un hermoso día de verano, la simpática conejita Cony decidió pasar la tarde en la playa. Mientras caminaba por la orilla, se encontró con su amigo Josue, el osito aventurero, que estaba construyendo un castillo de arena.
- ¡Hola Cony! ¿Qué estás haciendo por aquí? - preguntó Josue con entusiasmo.
- Hola Josue, vine a disfrutar del atardecer y a jugar un poco en la playa - respondió Cony con una sonrisa.
- ¡Qué genial! ¿Te gustaría ayudarme a terminar este castillo? - preguntó emocionado Josue.
- Claro, me encantaría ayudarte Josue - dijo Cony mientras se ponía manos a la obra.
Los dos amigos trabajaron juntos, agregando torres y pasadizos al castillo de arena. Mientras tanto, el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados.
- ¡Miren qué hermoso atardecer! - exclamó Cony señalando el cielo.
- Es increíble - dijo Josue emocionado. - Cony, ¿sabías que cada atardecer es único y especial? Así como cada amigo.
Cony asintió con una sonrisa, asombrada por las palabras sabias de Josue. Juntos observaron el espectáculo de colores en el cielo, agradeciendo la hermosa amistad que compartían.
Finalmente, el sol se escondió detrás del mar, dándole paso a la luna y las estrellas en el cielo.
- Fue un día maravilloso, gracias por compartirlo conmigo Cony - dijo Josue con gratitud.
- Gracias a ti, Josue. Fue un atardecer mágico - respondió Cony.
Los dos amigos se despidieron con abrazos y promesas de volver a encontrarse para vivir nuevas aventuras juntos.
Desde ese día, Cony y Josue atesoraron en sus corazones el recuerdo de su encuentro en la playa al atardecer, valorando la importancia de la amistad y la belleza de los pequeños momentos en la vida.
FIN.