El Encuentro de Lucas y Mateo



Había una vez en un pequeño barrio, dos niños que eran muy diferentes. Lucas era un niño muy educado, siempre ayudaba a sus vecinos y tenía una sonrisa para todos. Por otro lado, Mateo era un poco mal educado; a menudo hacía trastadas y hablaba de forma grosera. Un día, Lucas decidió que quería hacer un gran mural en la pared del parque, así que invitó a todos sus amigos. "¡Vengan a ayudarme, será divertido!" - gritó. Pero cuando Mateo se enteró, se burló. "¿Mural? ¿A quién le importa eso? ¡Prefiero jugar!" - dijo y se fue corriendo.

A pesar de que Mateo no quería participar, la idea del mural entusiasmó a otros niños del barrio. Todos empezaron a pintar juntos y Lucas se sentía muy feliz. Mientras tanto, Mateo estaba observando desde lejos. Al principio, se aburrió de su juego, pero luego comenzó a sentir curiosidad. "¿Qué estarán haciendo ahí?" - se preguntó. Entonces decidió acercarse un poco. Al ver los colores y la risa de los demás, se dio cuenta de que se estaba perdiendo algo especial. "¿Puedo ayudar también?" - preguntó un poco tímido.

Lucas sonrió al ver a Mateo acercarse y dijo: "¡Claro! Cuantos más seamos, mejor quedará el mural!" Pronto Mateo comenzó a pintar junto con los demás. Descubrió que era muy divertido trabajar en equipo y que, a veces, hacer nuevas amistades era más valioso que jugar solo. Al finalizar, el mural fue una obra de arte llena de colores, risas y amor. Mateo aprendió que la educación y la amabilidad crean lazos, y desde ese día, su corazón se llenó de alegría y respeto por los demás.

FIN.

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