El encuentro de Malvavisco y Ritmo


Malvavisco era un gato blanco y esponjoso que vivía en un hermoso jardín. Un día, mientras exploraba, se encontró con Ritmo, un pollito amarillo y alegre que estaba saltando de un lado a otro.

Al verlo, Malvavisco se acercó con curiosidad: "¿Hola, quién eres tú?", preguntó. "Soy Ritmo, el pollito bailarín", respondió el pequeño ave con entusiasmo. A pesar de sus diferencias, se dieron cuenta de que tenían algo en común: les encantaba jugar y divertirse.

Juntos descubrieron que la verdadera amistad no conoce de barreras ni prejuicios, y que la diversidad puede enriquecer sus vidas.

Malvavisco aprendió que la amistad puede surgir en los lugares más inesperados, y Ritmo comprendió que la valentía y el compañerismo pueden ir de la pata de un gato a la ala de un pollito. A partir de ese día, Malvavisco y Ritmo se convirtieron en inseparables amigos, compartiendo aventuras, risas y mucha felicidad.

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