El encuentro de Sofía y Manuel

Sofía era una niña de 8 años que vivía en un barrio humilde de la ciudad. Todos los días, después de la escuela, ayudaba a su mamá a vender frutas en un puesto callejero.

Manuel, por otro lado, era un niño de la misma edad, pero vivía en una lujosa casa en un barrio exclusivo. Un día, mientras caminaba con su madre, Sofía vio a Manuel sentado en la vereda, triste y solo.

Al acercarse, descubrió que Manuel se había perdido. Sofía decidió ayudarlo. -¿Estás bien? ¿Te puedo ayudar? -preguntó Sofía. -Me perdí y no sé cómo volver a mi casa -respondió Manuel. Sin dudarlo, Sofía le tomó la mano y lo llevó hasta el puesto de frutas donde trabajaba.

Con la ayuda de su mamá, lograron contactar a los padres de Manuel. Mientras esperaban, Sofía y Manuel compartieron sus historias. Sofía le contó sobre su vida sencilla, y Manuel se sorprendió al escucharla.

Cuando los padres de Manuel llegaron, agradecieron a Sofía y su mamá por haber cuidado de su hijo. Manuel le prometió a Sofía que la invitaría a su casa para jugar.

A partir de ese día, Sofía y Manuel se convirtieron en grandes amigos, compartiendo sus diferencias y aprendiendo uno del otro. Juntos descubrieron que la solidaridad y la equidad no dependían de la posición social, sino de la bondad y el respeto mutuo.