El encuentro en el bosque


Ricardo y su hija María vivían en una pequeña casa de campo rodeada de árboles frondosos y flores coloridas. Un día, mientras paseaban por el jardín, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano.

- ¿Qué es ese sonido, papá? - preguntó María con curiosidad. - No estoy seguro, hija. Vamos a investigar - respondió Ricardo. Siguiendo el sonido, llegaron a un claro del bosque donde encontraron a un gallo y un pato caminando juntos.

Parecía que los dos animales se habían perdido y estaban buscando su camino de regreso a casa. - ¡Mira, papá! Un gallo y un pato perdidos - exclamó María emocionada. Ricardo se acercó lentamente hacia ellos para no asustarlos.

El gallo miró fijamente a Ricardo con sus ojos brillantes mientras el pato nadaba en círculos alrededor de él. - Hola amigos, ¿están perdidos? - preguntó Ricardo amablemente. El gallo asintió con la cabeza mientras el pato emitió unos graznidos tristes.

Parecía que habían estado vagando durante días sin encontrar su hogar. - No te preocupes, vamos a ayudarte a encontrar tu casa - dijo María con ternura acariciando al pato en su cabeza emplumada.

Ricardo y María tomaron al gallo y al pato en brazos y los llevaron de regreso a su hogar. Durante el camino, decidieron llamarlos Juanito al gallo y Paticio al pato.

Cuando llegaron a la casa, Ricardo y María construyeron un pequeño gallinero y estanque para que Juanito y Paticio se sintieran como en casa. Les dieron comida fresca y agua limpia todos los días. Poco a poco, Juanito y Paticio comenzaron a sentirse más cómodos en su nuevo hogar.

El gallo cantaba cada mañana anunciando el amanecer, mientras el pato nadaba felizmente en su estanque. María pasaba horas jugando con ellos, enseñándoles trucos divertidos y contándoles historias emocionantes.

Juanito aprendió a saludar con sus alas extendidas, mientras que Paticio podía hacer piruetas en el agua. Un día, Ricardo tuvo una idea brillante. Decidió organizar una feria de animales en su pueblo para mostrar las habilidades especiales de Juanito y Paticio. María estaba emocionada con la idea.

- ¡Vamos a ser famosos! - exclamó María emocionada. Ricardo construyó un escenario colorido donde todos los habitantes del pueblo pudieran ver las increíbles habilidades de los dos amigos emplumados.

El día de la feria llegó rápidamente y el lugar estaba lleno de gente ansiosa por ver lo que Juanito y Paticio podían hacer. Juanito salió al escenario primero e hizo su rutina especial de saludos al compás de la música.

La multitud aplaudió emocionada mientras él hacía sus movimientos graciosos. Luego fue el turno de Paticio, quien sorprendió a todos con sus saltos acrobáticos dentro del estanque. La multitud estaba asombrada y aplaudía con entusiasmo.

Después de la feria, Juanito y Paticio se convirtieron en las estrellas del pueblo. Ricardo y María recibieron muchas felicitaciones por tener unos animales tan talentosos. Pero lo más importante para ellos era que Juanito y Paticio habían encontrado un hogar donde eran amados y apreciados.

Juntos, formaron una familia feliz y siempre recordaron el día en que encontraron a sus amigos perdidos en el bosque.

Y así, la historia de Juanito el gallo y Paticio el pato se convirtió en una lección para todos: nunca debemos dar por sentado los pequeños encuentros en la vida, ya que pueden llevarnos a grandes aventuras e inesperadas amistades.

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