El encuentro en el bosque


En un reino muy lejano, la valiente princesa Elena se encontraba paseando por el bosque con un ramo de flores para llevar a su abuela Minia. Mientras caminaba entre los árboles, de repente, un lobo gris apareció ante ella, con sus ojos brillantes y su pelaje espeso.

- ¡Oh no, un lobo! -exclamó la princesa Elena, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.

El lobo se acercó lentamente, pero en lugar de mostrarse feroz, habló con una voz suave y amigable.

- ¿Puedo ayudarte, princesa Elena? -preguntó el lobo con amabilidad.

Sorprendida por la actitud del lobo, la princesa respondió con cautela:

- Estoy yendo a visitar a mi abuela Minia, pero me temo que me he perdido en el bosque.

El lobo asintió con comprensión y le ofreció su ayuda para llegar a la casa de la abuela. Juntos, emprendieron el camino, conversando y compartiendo historias alegres. La princesa Elena pronto descubrió que el lobo no era tan aterrador como pensaba, y que tenía un corazón gentil.

Finalmente, llegaron a la acogedora casa de la abuela Minia, quien les recibió con alegría. La princesa y el lobo compartieron una agradable tarde con la sabia abuela, quien les enseñó sobre la importancia de no juzgar a los demás por su apariencia y de dar una oportunidad a la amistad.

Después de despedirse de la abuela Minia, la princesa Elena y el lobo se despidieron con una nueva amistad forjada en el bosque. La princesa aprendió que la bondad y la valentía pueden encontrarse en los lugares más inesperados, y que los prejuicios no tienen cabida en un corazón noble.

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