El Encuentro en el Campo



Era una cálida mañana de primavera cuando el sol asomó entre las nubes y el canto de los pájaros llenó el aire. En una pequeña casa de campo, un hombre solitario llamado Don Manuel cuidaba de sus animales con cariño. Tenía gallinas, un gato llamado Misi y un perro llamado Rocky. Todos lo querían y él a ellos, disfrutando de cada momento en su hogar rodeado de naturaleza.

Un día, mientras Don Manuel estaba en el gallinero, escuchó un llanto suave que provenía del bosque. Intrigado, decidió investigar. Entre los árboles, encontró a un niño pequeño. Tenía el cabello alborotado y los ojos llenos de preocupación.

- “¿Hola, chico? ¿Te perdiste? ” - preguntó Don Manuel, agachándose a su altura.

- “Sí, me llamo Tomi. Me alejé de mis papás mientras buscábamos flores. Ahora no sé cómo volver” - respondió el niño, tragando un llanto.

Don Manuel sintió compasión por el niño y, aunque no podía dejarlo así, sintió que quizás un poco de aventura no le vendría mal.

- “No te preocupes, Tomi. Yo te ayudaré. Primero, ¿te gustaría conocer a mis animales? ” - dijo sonriendo.

Los ojos del niño brillaron con curiosidad.

- “¿Tienes animales? ¡Genial! ¿Qué más me podés contar de ellos? ” - inquirió Tomi, caminando de la mano de Don Manuel hacia el corral.

Así, mientras alimentaban a las gallinas y acariciaban a Rocky, el niño se llenó de preguntas y Don Manuel respondió con gusto, disfrutando de esa compañía inesperada.

- “¿Alguna vez has salido de este campo? ” - preguntó Tomi mientras miraba las aves.

- “Solo para ir a la ciudad a vender huevos y verduras. Es muy diferente, pero también a veces me cansa el ruido” - confesó Don Manuel.

Tomi tuvo una idea.

- “Si logramos encontrar un camino, tal vez pueda volver a mi casa antes que oscurezca. ¿Podemos hacerlo? ” - sugirió.

- “Claro, pero primero tenemos que orientarnos. Para eso, necesitamos un mapa o algo que nos indique hacia dónde ir” - dijo Don Manuel.

### El Plan

Ambos se sentaron bajo la sombra de un gran árbol mientras pensaban en cómo lograr su cometido.

- “Podríamos ir a nuestro árbol favorito y desde allí mirar hacia dónde está la ciudad. Yo tengo un poco de sentido de la dirección cuando me pierdo” - propuso Tomi, lleno de confianza.

- “Buena idea. Vamos a hacer un recorrido y, si nos perdemos, al menos conoceremos más sobre este lugar” - acordó Don Manuel, sorprendido por la determinación del niño.

Mientras caminaban, Tomi no paraba de examinar lo que los rodeaba.

- “¿Por qué los árboles tienen diferentes formas? ” - preguntó intrigado.

- “Cada árbol crece según su especie, la luz del sol y la tierra” - explicó Don Manuel.

- “Así como la gente, a veces necesitamos las condiciones adecuadas para crecer” - añadió, pensativo.

Tomi se quedó en silencio, reflexionando sobre eso, mientras disfrutaba del murmullo del río cercano.

### Una Sorpresa

Después de un rato, finalmente encontraron un lugar alto con una vista espectacular. Desde allí, Tomi pudo ver luces brillando a lo lejos.

- “¡Mirad! ¡La ciudad! ” - exclamó emocionado.

- “Exacto. Ahora debemos pensar en la mejor ruta hacia allí. Creo que el camino que sigue el río sería ideal, pero hay que tener cuidado con la dirección del sol” - sugirió Don Manuel.

- “Si nos seguimos el río, podemos encontrar el camino que lleva a la ciudad sin perdernos. ¡Gracias, Don Manuel! ” - respondió Tomi con una gran sonrisa.

### El Viaje

Juntos, comenzaron el descenso hacia el río. Cada paso que daban, Tomi hacía más preguntas, como un pequeño explorador.

- “¿Por qué el agua es transparente? ”

- “Esa es una buena pregunta. El agua es clara porque no tiene nada que la opaque. Así como nuestras ideas, a veces necesitamos estar limpios de distracciones para poder ver lo que realmente deseamos” - respondió Don Manuel.

A lo largo del camino, compartieron risas y también aprendieron cosas sobre las plantas y los animales. Se sentían contentos de estar juntos, disfrutando del aire fresco.

### El Desenlace

Finalmente, después de un recorrido lleno de charlas y risas, llegaron a un lugar donde el camino se bifurcaba. A lo lejos, escucharon la ciudad.

- “Allí está, veo a mis papás. ¡Don Manuel, lo logramos! ” - gritó Tomi mientras comenzaba a correr hacia la voz de su madre.

Don Manuel sonrió, sintiendo un calor especial en su corazón. Aún se sentía solo, pero aquel día había aprendido que a veces la vida tiene sorpresas maravillosas.

- “¡Hasta pronto, Tomi! No olvides que aquí siempre tendrás un amigo! ” - llamó Don Manuel, sintiendo que había hecho algo increíble ese día.

Y así, con el niño corriendo hacia su hogar, Don Manuel volvió al campo, un poquito menos solitario y con historias que contar.

### Cierre

No siempre se trata de encontrarse, a veces se trata de ayudarse. Juntos, cada uno podía aprender del otro: el valor de la curiosidad y la belleza de la amistad, incluso en los lugares más inesperados.

FIN.

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