El encuentro mágico en el bosque



Samuel era un niño de 8 años que se sentía muy triste porque no tenía amigos. Vivía al lado de un hermoso bosque, pero siempre jugaba solo.

Un día, decidido a explorar, se aventuró en el bosque y se encontró con un gnomo de gorro rojo sentado en una roca. El gnomo, llamado Tito, tenía una sonrisa amigable y ojos brillantes. Samuel y Tito se hicieron amigos de inmediato.

Tito le contó a Samuel que los gnomos son criaturas mágicas que viven en armonía con la naturaleza. Con el tiempo, Samuel le confesó a Tito que se sentía muy triste por no tener amigos. Con una mirada comprensiva, Tito le preguntó a Samuel si quería un deseo.

Samuel pidió tener muchos amigos. Tito le advirtió que los deseos mágicos siempre tienen consecuencias, pero Samuel estaba decidido. Al día siguiente, Samuel regresó al bosque y encontró a varios niños que, al igual que él, estaban solos y tristes.

Samuel los invitó a jugar y, para su sorpresa, todos aceptaron. Pronto, el bosque se llenó de risas y juegos.

Samuel se sentía muy feliz, pero se dio cuenta de algo: los demás niños sólo querían estar con él por el deseo de Tito. Se sentía triste y engañado. Buscó a Tito y le contó lo sucedido. Tito le explicó que el verdadero tesoro no está en los deseos mágicos, sino en el amor y la amistad reales.

Samuel entendió que no necesitaba un deseo para tener amigos y que la verdadera amistad proviene de compartir momentos especiales y apoyarse mutuamente.

Desde ese día, Samuel aprendió a valorar a las personas por lo que son y encontró amigos de verdad, disfrutando cada momento con ellos.

FIN.

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