El Encuentro Matutino

Laura vivía en una pequeña casa cerca del parque. Todos los días, al salir a pasear a su perro, se cruzaba con una mujer desconocida que caminaba en la misma dirección.

Después de varios días de cruzarse, Laura decidió saludar a la mujer. Al día siguiente, ambas sonrieron y comenzaron a hablar. La mujer se llamaba Lucía y también tenía un perro. Compartieron historias sobre sus mascotas y, desde ese día, se encontraron todas las mañanas para pasear juntas.

Su amistad creció a medida que se conocían mejor, y juntas descubrieron cosas nuevas en el parque. Lucía le enseñó a Laura a reconocer diferentes plantas y pájaros, y Laura le mostró a Lucía su lugar favorito para tomar un café.

Un día, Lucía no apareció en su punto de encuentro. Laura se preocupó, pero decidió visitarla. Descubrió que Lucía estaba enferma y sola. Laura la cuidó, le llevó comida y se aseguró de que estuviera bien.

La amistad entre ambas se fortaleció más que nunca. Después de un tiempo, Lucía mejoró, y juntas crearon un club para pasear con mascotas y hacer amistades en el parque.

La amistad de Laura y Lucía inspiró a muchos más a conectarse y cuidarse mutuamente.