El encuentro sorpresa de María y el zorro



María era una niña curiosa y valiente a la que le encantaba pastear ovejas todas las tardes después de la escuela. Un día, después de un largo día de clases, María decidió llevar a las ovejas a pastar un poco más lejos de lo habitual, para descubrir un nuevo paisaje. El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte y el cansancio invadía su cuerpo, por lo que se recostó sobre un suave y mullido montículo de hierba y, sin darse cuenta, se quedó profundamente dormida. Mientras María dormía placenteramente, un zorro curioso se acercó sigilosamente para ver quién era esa niña que compartía su lugar de reposo habitual. El zorro, con su pelaje de un color rojizo y sus ojos brillantes, se acercó con cautela a María. Al sentir un roce en su mejilla, María despertó sobresaltada y se encontró cara a cara con el zorro.

- ¿Quién eres? -preguntó María con asombro.

El zorro, con voz suave, respondió: -Soy Zafiro, y me encanta explorar estos campos al atardecer. ¿Y tú, quién eres?

María le contó a Zafiro sobre sus tareas de pastoreo y cómo le gustaba explorar. Zafiro escuchó atentamente y luego propuso: -¿Quieres que te muestre un lugar especial que descubrí?

María asintió emocionada y, juntos, emprendieron un fascinante viaje por el bosque. Descubrieron prados verdes salpicados de flores coloridas y riachuelos cristalinos. Durante el paseo, Zafiro le enseñó a María a observar el entorno con atención y a notar los pequeños detalles que hacen especial a la naturaleza. Al final del recorrido, Maria y Zafiro regresaron al lugar donde se habían conocido. María agradeció al zorro por el maravilloso paseo y prometió volver al día siguiente para seguir explorando juntos. Desde aquel día, María y Zafiro se convirtieron en grandes amigos y disfrutaron de muchas otras aventuras juntos, aprendiendo siempre el uno del otro. La valentía y curiosidad de María la llevaron a descubrir un mundo nuevo, y la amistad con Zafiro le enseñó a valorar la belleza de la naturaleza y a apreciar las pequeñas cosas de la vida.

FIN.

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