El enigma del colegio encantado
Había una vez un bosque mágico donde todos los animales vivían en armonía. En ese bosque se encontraba el colegio de la naturaleza, donde los animalitos aprendían sobre plantas, flores y cómo cuidar el medio ambiente.
Un hermoso amanecer, los rayos del sol iluminaron el colegio de la naturaleza y despertaron a todos los estudiantes. Sin embargo, algo extraño había sucedido durante la noche.
Las puertas del colegio estaban cerradas con llave y no había forma de salir. Los animalitos comenzaron a preocuparse y se preguntaban qué podía haber pasado. Entre ellos se encontraba Panchito, un pajarito muy curioso y valiente que siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos.
-¡Chicos! No podemos quedarnos aquí encerrados todo el día. Debemos encontrar una solución -dijo Panchito con determinación. Todos los animales comenzaron a buscar pistas para poder abrir las puertas del colegio. Pero por más que buscaban, no lograban encontrar ninguna respuesta.
De repente, entre las sombras apareció una momia muy simpática llamada Mimi. Tenía vendas alrededor de su cuerpo pero eso no le impedía moverse con agilidad. -¡Hola chicos! ¿En qué puedo ayudarlos? -preguntó Mimi con una sonrisa amigable.
-Necesitamos encontrar la forma de salir del colegio antes de que sea demasiado tarde -respondió Panchito preocupado-. ¿Tienes alguna idea? Mimi pensó por un momento y luego dijo:-Bueno, yo tengo experiencia en resolver acertijos.
Tal vez alguien nos haya dejado uno para poder salir. ¿Qué les parece si buscamos pistas en los libros de la biblioteca? Los animales asintieron emocionados y se dirigieron a la biblioteca del colegio.
Mimi, con su habilidad para desplazarse entre las estanterías, encontró un libro antiguo con un acertijo. -¡Aquí está! -exclamó Mimi-. El acertijo dice así: "Para abrir las puertas del colegio, deben encontrar el tesoro escondido en el jardín".
Los animalitos se miraron unos a otros y luego salieron corriendo hacia el jardín. Buscaron por todas partes hasta que finalmente descubrieron un cofre enterrado bajo un rosal. -¡Lo encontramos! -gritó Panchito emocionado. Abrieron el cofre y dentro encontraron una llave dorada.
Rápidamente regresaron al colegio y probaron la llave en las puertas. Para su alegría, se abrieron sin problemas. Todos los animales celebraron mientras salían del colegio y volvían a disfrutar del hermoso bosque. Agradecieron a Mimi por su ayuda y prometieron cuidar aún más de la naturaleza.
Desde ese día, los animalitos aprendieron que trabajar en equipo y no rendirse nunca era la clave para superar cualquier obstáculo.
Y cada vez que veían una momia, recordaban cómo Mimi les había enseñado a resolver problemas de una manera divertida y creativa. Y así, el bosque mágico siguió siendo un lugar lleno de aventuras educativas donde todos los animales vivían felices y siempre estaban dispuestos a ayudarse mutuamente.
FIN.