El enojo de Jackson



Jackson era un niño alegre y vivaz,

pero cuando se enojaba, perdía la paz.

Sus ojos se llenaban de furia y aflicción,

no entendía cómo controlar esa emoción.

-

Pateaba el suelo y gritaba sin parar,

hacía un gran alboroto sin reflexionar.

Sus padres preocupados, intentaban calmar

el torbellino de emociones que lo hacía temblar.

-

Pensando en cómo ayudar a su pequeño,

le hablaron de estrategias, algo nuevo y extraño.

Respira profundo, cuenta hasta diez,

son maneras de calmarte, de tener buen pie.

-

Jackson no entendía cómo eso podía funcionar,

pensaba que su ira nadie podía calmar.

Pero decidió intentarlo, darles una oportunidad,

y descubrió que podía ayudarle en su adversidad.

-

Cuando el enojo lo invadía con gran intensidad,

respiraba y contaba, con serenidad.

Poco a poco sentía cómo todo mejoraba,

y su furia se apaciguaba, lo cual lo asombraba.

-

Aprendió que las emociones pueden controlarse,

ya no era esclavo de lo que sentía, podía liberarse.

Así que Jackson, con determinación y valentía,

aprendió a manejar sus emociones cada día.

-

Ya no era un torbellino descontrolado,

su paz interior había sido restaurada.

Ahora comparte con otros su experiencia vital,

enseñando que las grandes emociones pueden manejarse, sin igual.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!