El equilibrio de Elenita


Había una vez en un pequeño pueblo, una niña llamada Elenita que amaba mucho a su mamá. Ellas dos vivían solas y se tenían la una a la otra.

La mamá de Elenita trabajaba duro para poder darle lo mejor a su hija, y siempre que podía, le dedicaba tiempo para jugar, reír y disfrutar juntas.

Un día soleado, mientras paseaban por el parque, Elenita le preguntó a su mamá: "Mamá, ¿por qué siempre estamos solo tú y yo? ¿No tienes amigos con quienes salir?" La mamá de Elenita sonrió tiernamente y le respondió: "Mi amor, tú eres mi mejor amiga. Pero también es importante tener amigos con quienes compartir momentos especiales.

"Elenita reflexionó sobre las palabras de su mamá mientras seguían caminando. De repente, vieron a un grupo de niños jugando felices en el parque. Elenita sintió curiosidad y se acercó tímidamente.

Los niños la recibieron con alegría y pronto estaban todos jugando juntos. "¡Mamá! ¡Mira! Hice nuevos amigos", exclamó emocionada Elenita. La mamá de Elenita observaba feliz desde lejos, viendo cómo su hija se integraba al grupo y disfrutaba con los demás niños.

En ese momento comprendió que aunque ellas dos se tuvieran la una a la otra, era importante para Elenita tener relaciones sociales fuera de su círculo familiar. Con el paso de los días, Elenita siguió jugando con sus nuevos amigos en el parque.

Su mamá también empezó a entablar conversaciones con otros padres que frecuentaban el lugar. Poco a poco, ambas ampliaron su círculo social sin descuidar su especial conexión madre e hija.

Una tarde, mientras merendaban juntas en casa después de un divertido día en el parque, Elenita abrazó fuertemente a su mamá y dijo: "-Gracias por enseñarme que es bueno tener amigos además de estar juntas todo el tiempo.

"La mamá de Elenita le devolvió el abrazo con ternura y le dijo: "-Siempre estaré aquí para ti, mi amor. Pero es maravilloso compartir momentos especiales no solo contigo sino también con otras personas que nos hacen felices.

"Desde ese día, Elenita aprendió la importancia del equilibrio entre disfrutar del tiempo junto a su querida mamá y cultivar amistades fuera del hogar. Y juntas siguieron creciendo en amor, complicidad y amistad tanto dentro como fuera del calor de su hogar.

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