El equilibrio mágico de Ariana


Ariana era una niña muy divertida y llena de energía. Siempre estaba rodeada de sus amigas en la escuela y les encantaba jugar juntas durante los recreos.

Pero a medida que pasaba el tiempo, Ariana comenzó a descuidar sus estudios debido a su obsesión por el juego. Un día, la maestra de Ariana, la señorita Laura, se dio cuenta de que la niña no estaba prestando atención en clase y sus calificaciones empezaron a bajar.

Preocupada por el futuro académico de Ariana, decidió hablar con ella después del colegio. "Ariana, necesito hablar contigo", le dijo la señorita Laura seriamente. "¿Qué pasa, señorita Laura?", preguntó Ariana curiosa.

La maestra explicó cómo había notado que Ariana estaba más interesada en jugar que en aprender. Le recordó lo importante que era tener un equilibrio entre el juego y los estudios para crecer como persona.

"El juego es divertido y necesario para tu desarrollo social, pero también debes dedicar tiempo a tus responsabilidades escolares", le dijo la señorita Laura. Ariana comprendió las palabras de su maestra y prometió esforzarse más en sus estudios.

Decidió hacer un plan para organizar mejor su tiempo y así poder disfrutar del juego sin descuidar sus tareas escolares. En lugar de jugar todo el tiempo durante los recreos, Ariana decidió establecer límites. Pasaría 20 minutos jugando con sus amigas y luego dedicaría otros 20 minutos al estudio o hacer las tareas pendientes.

De esta manera, podría disfrutar de ambos aspectos sin comprometer su rendimiento escolar. Sus amigas notaron el cambio en Ariana y se unieron a ella en su nuevo plan. Juntas, encontraron formas creativas de estudiar mientras jugaban.

Por ejemplo, resolvían problemas matemáticos mientras saltaban la cuerda o practicaban las tablas de multiplicar cantando canciones. Con el tiempo, Ariana comenzó a ver los resultados de su esfuerzo.

Sus calificaciones mejoraron y volvió a sentirse orgullosa de sí misma. Además, sus amigas también aprendieron que estudiar no era aburrido si lo hacían de manera divertida.

La señorita Laura estaba muy contenta al ver el progreso de Ariana y cómo había encontrado un equilibrio entre el juego y los estudios. La felicitó por su determinación y le recordó que siempre debía esforzarse por alcanzar sus metas. Ariana aprendió una valiosa lección: jugar está bien, pero también es importante dedicar tiempo al estudio para crecer como persona.

Siguiendo este consejo, logró tener éxito académico sin dejar de disfrutar con sus amigas durante los recreos. Y así, Ariana demostró que con determinación y organización se puede alcanzar todo lo que uno se propone.

Desde aquel día, ella siguió estudiando con alegría y disfrutando del juego junto a sus amigas en la Unidad Educativa Municipal Eugenio Espejo.

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