El equipo de baloncesto de Sofía



Había una vez una niña llamada Sofía, que era sorda. A pesar de ser muy inteligente y esforzarse mucho en la escuela, tenía dificultades para hacer amigos.

Muchos de sus compañeros no entendían su condición y a menudo se burlaban de ella. Un día, el profesor de educación física anunció que habría un partido de baloncesto entre los alumnos.

Sofía siempre había querido probar ese deporte, pero le preocupaba no poder comunicarse bien con sus compañeros durante el juego. Sofía decidió hablar con su mejor amiga, Valentina, quien siempre la apoyaba en todo.

"Valen, ¿crees que debería participar en el partido de baloncesto? Me encantaría jugar, pero me preocupa no poder seguir las instrucciones del equipo", le preguntó Sofía. "¡Claro que sí! No te preocupes por eso. Si todos estamos juntos y te apoyamos, ¡todo saldrá genial!", respondió Valentina con entusiasmo. El día del partido llegó y Sofía se unió al equipo.

Al principio estaba nerviosa, pero Valentina y los demás jugadores la alentaron y le hicieron señas para indicarle qué debía hacer en la cancha.

Para sorpresa de todos, Sofía demostró ser una excelente jugadora: era rápida, hábil y tenía un buen tiro a canasta. El partido estaba reñido y llegaron a estar empatados justo antes de que sonara la chicharra final. En la última jugada, Valentina pasó el balón a Sofía, quien logró anotar justo en el último segundo.

-¡Ganamos! ¡Ganamos! -gritaban emocionados todos los compañeros de equipo. Sofía estaba radiante de felicidad. Por fin se sentía aceptada y valorada por sus habilidades en lugar de ser juzgada por su discapacidad auditiva.

"Gracias a todos por creer en mí", dijo emocionada mientras abrazaba a Valentina.

Desde ese día, Sofía se convirtió en una parte importante del equipo de baloncesto y sus compañeros aprendieron a comunicarse con ella utilizando señas y gestos para incluirla plenamente en todas las actividades escolares. La historia de Sofía enseñaba una valiosa lección: la importancia del trabajo en equipo, la empatía hacia los demás y cómo superar las diferencias para lograr grandes cosas juntos.

Y así fue como una niña con sordera encontró su voz a través del deporte y el apoyo incondicional de sus amigos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!