El Equipo de la Granja Feliz



Había una vez una granja en la que vivían muchos animales felices. Allí, había una vaca llamada Margarita, un cerdo llamado Pancho y un gallo llamado Pepe.

Cada uno tenía su tarea en la granja y trabajaban juntos para mantenerla en buen estado. Un día, mientras Margarita pastaba tranquilamente, vio algo extraño en el camino. Se acercó con curiosidad y descubrió a un pequeño pollito perdido.

El pollito estaba asustado y no sabía cómo regresar con su mamá. "Margarita, por favor ayúdame", dijo el pollito llorando. "No te preocupes, pequeño", respondió Margarita con ternura. "Voy a llevarte de vuelta a tu mamá".

Margarita tomó al pollito bajo su cuidado y lo llevó de vuelta al gallinero donde se encontraba su madre. La mamá gallina estaba muy feliz de ver a su hijo sano y salvo. "¡Muchas gracias por traerme de vuelta a mi bebé!" exclamó la mamá gallina emocionada.

Después de ese día, Margarita se convirtió en la protectora de los animales más pequeños de la granja. Siempre estaba atenta para ayudarlos cuando lo necesitaban. Un día, mientras Pancho jugueteaba en el barro felizmente, escuchó un ruido proveniente del establo.

Se acercó rápidamente y encontró a un gatito atrapado entre las pacas de heno. "¡Ayuda! ¡No puedo salir!" gritaba el gatito angustiado. Pancho usó todas sus fuerzas para mover las pacas de heno y liberar al gatito.

El gatito estaba muy agradecido y se acurrucó junto a Pancho, demostrándole su cariño. Desde ese día, Pancho se convirtió en el guardián de los animales más pequeños del establo.

Siempre estaba pendiente de ellos y los protegía con todo su corazón. Un día soleado, mientras Pepe cantaba su hermoso canto por la mañana, vio algo volando desesperadamente en el cielo. Era una mariposa que había perdido sus alas y no podía volar.

"¡Por favor, Pepe! ¡Necesito tu ayuda!" suplicaba la mariposa. Pepe se acercó rápidamente y atrapó a la mariposa con mucho cuidado entre sus plumas. La llevó al jardín donde había muchas flores coloridas y dulces néctares.

La mariposa recuperó su energía gracias al néctar de las flores y poco a poco comenzaron a crecerle nuevas alas. Finalmente, pudo volar nuevamente libremente por el aire. A partir de ese momento, Pepe se convirtió en el protector de todos los insectos del jardín.

Los cuidaba para que pudieran vivir felices en un entorno seguro. Así fue como Margarita, Pancho y Pepe descubrieron que cada uno tenía una habilidad especial para ayudar a otros animales.

Juntos formaron un equipo inseparable que trabajaba para mantener la granja feliz y armoniosa. Los animales de la granja aprendieron una valiosa lección: siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos cuando lo necesitamos y, a su vez, nosotros podemos ayudar a otros.

Juntos, pueden lograr cosas maravillosas y hacer del mundo un lugar mejor. Y así, Margarita, Pancho y Pepe vivieron felices en la granja compartiendo su amor y amistad con todos los animales que encontraron en su camino.

FIN.

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