El equipo de la señora mayor


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un grupo de amigos llamados Martín, Sofía y Juan. Ellos eran inseparables y siempre se divertían juntos.

Pero un día, mientras jugaban en el parque, vieron a unos niños más pequeños que estaban llorando porque habían perdido su pelota. Martín dijo: "¡Tenemos que ayudarlos! Vamos a buscar la pelota por todo el parque".

Así que los tres amigos comenzaron a buscar la pelota perdida mientras los niños más pequeños los seguían con esperanza. Después de un rato buscando, finalmente encontraron la pelota escondida detrás de unos arbustos. Los niños más pequeños estaban tan felices y agradecidos que Martín, Sofía y Juan también se sintieron muy felices.

Sofía dijo: "¿Por qué no les enseñamos cómo jugar al fútbol? Somos buenos en eso". Y así fue como los tres amigos comenzaron a enseñarles a los niños más pequeños cómo jugar al fútbol.

Pronto todos estaban riendo y divirtiéndose juntos. Mientras tanto, una señora mayor estaba sentada cerca del parque observando todo lo que ocurría. Se acercó a ellos y les preguntó: "¿Qué hacen aquí?". Juan respondió: "Estamos ayudando a estos niños más pequeños".

La señora sonrió y les dijo: "Eso es muy noble de su parte. Ustedes son responsables jóvenes". Los tres amigos se sintieron muy orgullosos e inspirados por las palabras de la señora mayor.

A partir de ese momento decidieron hacer algo similar cada semana para ayudar a otros niños y jóvenes del pueblo. Un sábado por la mañana, organizaron un partido de fútbol en el parque y lo anunciaron en las redes sociales.

Muchos jóvenes del pueblo se unieron al partido y todos se divirtieron mucho. Mientras tanto, Sofía notó que algunos jóvenes no estaban siendo buenos compañeros de equipo. Estaban insultándose entre ellos y peleando por la pelota. Entonces ella decidió intervenir.

"¡Chicos, chicos! No es así como jugamos al fútbol. Tenemos que respetarnos mutuamente y trabajar juntos como equipo". Los demás jóvenes escucharon sus palabras e inmediatamente comenzaron a cambiar su actitud.

Se disculparon entre ellos y comenzaron a jugar juntos como un verdadero equipo. Al final del partido, todos los jóvenes estaban muy contentos con el resultado: habían aprendido sobre responsabilidad, derechos, sociedad, juventud y felicidad. Se dieron cuenta de que trabajando juntos podían lograr grandes cosas.

Martín dijo: "Esto fue genial. ¿Qué tal si organizamos otro evento la próxima semana?". Sofía respondió: "¡Me encantaría! Podríamos hacer una limpieza en el parque para ayudar al medio ambiente". Juan agregó: "Y después podríamos hacer una barbacoa para celebrar nuestro éxito".

Y así fue cómo los tres amigos continuaron haciendo cosas maravillosas por su comunidad cada semana mientras inspiraban a otros jóvenes a hacer lo mismo.

Todos aprendieron valiosas lecciones sobre responsabilidad, derechos, sociedad, juventud y felicidad gracias al trabajo en equipo. Y así, el pequeño pueblo de Argentina se convirtió en un lugar aún más maravilloso gracias a estos jóvenes valientes y comprometidos.

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