El Equipo de las Palabras
Había una vez un pequeño pueblo en Costa Rica llamado Golpeador, donde vivían tres amigos inseparables: Aguda, Grave y Esdrújula. Eran conocidos por su pasión por el fútbol y siempre se encontraban jugando en el parque del pueblo.
Un día, mientras practicaban sus habilidades futbolísticas, recibieron una noticia triste. El equipo de fútbol del colegio local estaba buscando nuevos jugadores para representar al pueblo en un torneo importante.
Sin embargo, solo podían inscribirse jugadores que estudiaran en tercer grado y que supieran diferenciar las palabras agudas, graves y esdrújulas. Aguda era la más rápida de los tres amigos. Siempre iba a toda velocidad por el campo de juego y tenía una gran habilidad para hacer goles.
Grave era fuerte y resistente, capaz de defender cualquier ataque rival con su determinación inquebrantable. Por otro lado, Esdrújula era inteligente y estratégica; siempre encontraba la manera perfecta de pasar el balón a sus compañeros.
Los amigos decidieron ayudarse mutuamente para cumplir con los requisitos del equipo escolar. Aguda enseñó a Grave y Esdrújula sobre las palabras agudas; palabras cuya sílaba tónica recae en la última sílaba.
Grave les enseñó sobre las palabras graves; aquellas cuya sílaba tónica se encuentra en la penúltima sílaba. Y finalmente, Esdrújula compartió su conocimiento sobre las palabras esdrújulas; aquellas cuya sílaba tónica se ubica antes de la antepenúltima sílaba.
Juntos, practicaron y estudiaron durante días para asegurarse de que conocieran perfectamente las diferencias entre las palabras agudas, graves y esdrújulas. Estaban decididos a formar parte del equipo escolar y representar a su querido pueblo. Finalmente, llegó el día de las pruebas para entrar al equipo.
Aguda, Grave y Esdrújula se presentaron con confianza ante los entrenadores y demostraron sus habilidades en el campo de juego. Además, cuando les preguntaron sobre las palabras agudas, graves y esdrújulas, respondieron correctamente gracias a su dedicación en los estudios.
Los entrenadores quedaron impresionados por su talento futbolístico y su conocimiento académico. Decidieron darles la oportunidad de formar parte del equipo escolar.
Aguda sería la delantera estrella, Grave ocuparía la posición defensiva clave y Esdrújula estaría encargada del medio campo creativo. El torneo comenzó y el equipo de Golpeador se enfrentó a equipos más grandes y experimentados. Sin embargo, Aguda, Grave y Esdrújula no se rindieron nunca.
Jugaron con pasión, solidaridad y respeto hacia sus compañeros de equipo y rivales. En cada partido demostraban que trabajar juntos era lo más importante. La velocidad de Aguda combinada con la fuerza de Grave permitía mantener el control del balón en todo momento.
Y Esdrújula usaba su inteligencia para crear jugadas sorprendentes que llevaban al equipo hacia la victoria. El pueblo entero estaba orgulloso de ellos por su desempeño en el torneo.
Aunque no ganaron el primer lugar, su dedicación y espíritu deportivo los convirtió en verdaderos campeones. Aguda, Grave y Esdrújula demostraron que la solidaridad y el respeto son valores fundamentales tanto dentro como fuera del campo de juego. Aprendieron que trabajar juntos y apoyarse mutuamente los hacía más fuertes.
Y así, Aguda, Grave y Esdrújula siguieron jugando al fútbol juntos, siempre recordando la importancia de las palabras agudas, graves y esdrújulas mientras disfrutaban de su pasión por este hermoso deporte. Fin.
FIN.