El equipo de los órganos en el jardín
Había una vez en un hermoso jardín, un grupo de amigos muy especiales. Estos amigos eran los órganos encargados del proceso digestivo: la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso.
La boca era una amigable sonrisa con dientes afilados y fuertes que ayudaban a triturar los alimentos. El esófago era como un tobogán largo y resbaladizo por donde pasaban los alimentos hacia el estómago.
El estómago era como una olla mágica donde se mezclaban los alimentos con jugos especiales para comenzar su descomposición. Un día soleado, mientras disfrutaban del jardín, llegaron dos nuevos amigos: la zanahoria y la manzana.
Todos se emocionaron al verlos porque sabían que iban a ser parte de una aventura muy especial. La zanahoria fue la primera en pasar por la boca. La boca masticó con alegría y luego envió a la zanahoria por el esófago hasta llegar al estómago.
Pero algo inesperado sucedió: la zanahoria no quería ser digerida tan rápido y decidió hacerle una broma al estómago. "¡Estómago! ¡No me vas a poder digerir tan fácilmente!", exclamó la zanahoria traviesa. El estómago respondió con calma: "Traviesa zanahoria, sé que puedo digerirte correctamente".
Pero mientras tanto, llegó también la manzana. La boca masticaba felizmente cuando de repente escucharon un grito desde el estómago. "¡Ayuda! ¡La zanahoria se está resistiendo y no quiero causar problemas!", exclamó el estómago preocupado.
La boca, el esófago y los intestinos se pusieron en acción. La boca masticó más rápido para ayudar al estómago a digerir la zanahoria. El esófago empujaba con fuerza para que la comida pasara rápidamente hacia el estómago.
Los intestinos esperaban pacientemente su turno para continuar con la digestión.
Después de un rato, finalmente lograron digerir la zanahoria rebelde, pero ahora tenían otro problema: la manzana comenzó a dar vueltas dentro del estómago y no quería seguir su camino hacia los intestinos. "¡Estómago! ¡No quiero irme todavía! Me siento tan cómoda aquí", dijo la manzana juguetona.
El estómago suspiró y respondió: "Querida manzana, sé que te sientes bien aquí, pero debes continuar tu viaje para que podamos obtener todos los nutrientes necesarios". Los amigos órganos trabajaron juntos una vez más. La boca masticaba con energía, el esófago empujaba aún más fuerte y los intestinos ya no podían esperar más tiempo.
Finalmente, lograron convencer a la manzana de continuar su camino hacia los intestinos. A medida que avanzaban por el intestino delgado y grueso, los amigos órganos iban extrayendo todos los nutrientes necesarios de las comidas. Los alimentos eran descompuestos en partes pequeñas hasta convertirse en heces.
"¡Ya casi hemos terminado!", exclamó el intestino grueso emocionado. Finalmente, llegaron al final del camino y las heces fueron expulsadas del cuerpo. Los amigos órganos se miraron orgullosos por haber cumplido su labor correctamente.
"Hemos trabajado en equipo para digerir los alimentos y obtener todos los nutrientes que necesitamos", dijo la boca satisfecha. Los amigos órganos celebraron con una gran fiesta en el jardín.
Se dieron cuenta de lo importante que era trabajar juntos para mantener nuestro cuerpo sano y fuerte. Y así, los amigos órganos siguieron viviendo felices en el hermoso jardín, recordando siempre la importancia de una buena digestión y una alimentación saludable.
FIN.