El Equipo de Sueños



Era un soleado día en la escuela primaria, y los tres amigos, Isa, Rafaela y Thiago, estaban muy emocionados. La profesora de educación física había anunciado que se realizaría un campeonato de fútbol entre las distintas secciones del segundo grado. "¡Tenemos que formar un equipo!", exclamó Rafaela. "¡Sí! Eso suena genial!", añadió Isa con una sonrisa radiante. "Yo puedo ser el capitán!", dijo Thiago mientras hacía unos movimientos de fútbol.

Decidieron llamarse 'Los Estrellas Brillantes' y comenzaron a entrenar cada recreo. Su entusiasmo era contagioso, pero habían un problemita: no sabían mucho de fútbol.

"No importa, lo importante es divertirse!", comentó Rafaela mientras se pasaba un balón.

Al principio, las cosas no iban bien. La pelota siempre iba en direcciones extrañas y a veces se caían al suelo tras intentar hacer una jugada. Un día, después de un largo entrenamiento, Thiago se quejó. "No estamos mejorando, siento que nunca vamos a ganar!"

Isa lo miró preocupada. "No debemos rendirnos. Siempre que nos reímos y pasamos tiempo juntos, ya hemos ganado algo. Además... ¡tenemos mucho tiempo para practicar!"

Animados por las palabras de Isa, decidieron que tendrían un enfoque diferente. Comenzarían a observar a otros equipos en el parque después de la escuela. Así fue cómo una tarde, se sentaron en la grama a observar a los más grandes jugar.

"Mirá cómo se pasan la pelota entre ellos", dijo Rafaela. "Tal vez deberíamos intentar esa técnica!" propuso Thiago.

Con cada día de práctica, comenzaron a mejorar. Aprendieron a pasarse el balón, a correr en equipo y a celebrar sus pequeños logros. Se sentían como verdaderas estrellas. Pero a medida que se acercaba el día del campeonato, la competencia se volvía más intensa. Los equipos rivales se veían más experimentados.

"¿Que hacemos?", preguntó Thiago nervioso. "No sé si podamos ganar..."

Isa, que siempre había sido optimista, les dijo: "Si entrenamos con ganas y nos divertimos, ya ganamos en el corazón."

El gran día llegó y el colegio estaba lleno de niños animando a sus equipos. Cuando fue su turno, la tensión se sentía en el aire.

"Vamos, Estrellas Brillantes!", gritaban todos sus compañeros.

El juego comenzó, y aunque al principio el equipo rival estaba muy coordinado, Isa, Rafaela y Thiago se acordaron de todo lo que habían practicado. Pasaron la pelota entre ellos, y, aunque fallaron varias veces, nunca dejaron de intentarlo.

Finalmente, en el último minuto del partido, ¡fue el momento decisivo! Thiago realizó un gran pase hacia Isa, quien se aproximó a la portería. Con el apoyo de Rafaela, que le gritaba "¡Vamos, Isa, dale!", ella corrió, pateó la pelota con toda su fuerza y... ¡Goooool!

El campo estalló de alegría y el equipo corrió para abrazarse. Aunque el partido terminó y no pudieron ganar el primer puesto, nunca antes se habían sentido tan felices.

"Lo logramos!", exclamó Rafaela. "Eso fue increíble!", dijo Thiago riendo. "No sólo jugamos, nos divertimos como nunca!" agregó Isa.

Desde entonces, 'Los Estrellas Brillantes' siempre jugaron en equipo, no sólo en la cancha, sino en todo lo que hacían. Aprendieron que lo más importante no era ganar, sino disfrutar la aventura junto a sus amigos. Y así, eran felices, ya fueran campeones o no.

FIN.

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