El Equipo del Amor Inclusivo


Había una vez en el colegio Noreña un grupo muy especial de seis niños y niñas: Lautaro, Sofía, Martina, Valentín, Camila y Lucía.

Ellos eran únicos porque tenían autismo y diversidad funcional, pero eso no les impedía ser felices y disfrutar de la vida como cualquier otro niño. Un día, mientras estaban en su aula con la maestra Ana María, Lautaro tuvo una idea brillante.

"-¡Chicos y chicas! ¿Qué les parece si buscamos juntos un nombre y un logo para nuestra clase? Así todos sabrán que somos un equipo increíble", propuso emocionado. Los demás niños se entusiasmaron al instante con la idea.

Martina levantó la mano y dijo: "-Podríamos llamarnos "Los Súper Amigos del Corazón", ¡porque siempre nos apoyamos unos a otros con mucho amor!"Todos estuvieron de acuerdo con el nombre. Ahora solo faltaba diseñar un logo que los identificara.

Sofía sacó sus lápices de colores y comenzó a dibujar un corazón rodeado de sonrisas y manos entrelazadas. "-¡Miren chicos! ¡Este podría ser nuestro logo! Representa lo unidos que estamos siempre", exclamó orgullosa.

Con el nombre y el logo decididos, los seis amigos se prepararon para celebrar el Día de Concienciación sobre el Autismo el 2 de abril. Decidieron organizar una actividad especial en la que invitarían a todos sus compañeros a aprender más sobre el autismo y cómo pueden ayudar a quienes lo tienen.

El día llegó y la clase estaba decorada con globos azules, luces brillantes y carteles informativos sobre el autismo. Lautaro tomó la palabra frente a todos: "-Hoy es un día muy importante para nosotros.

Queremos que sepan que ser diferente está bien, ¡y juntos podemos hacer grandes cosas!"Los demás asintieron emocionados mientras compartían sus experiencias personales con el autismo. Los compañeros escuchaban atentamente, maravillados por la valentía y determinación de estos pequeños gigantes.

Al final del día, todos se reunieron alrededor del nuevo logo creado por Sofía. Se abrazaron con cariño sintiendo que formaban parte de algo realmente especial. Martina miró a sus amigos con ojos brillantes y dijo: "-Somos como estrellas en el cielo: únicos e inigualables.

¡Gracias por ser mis súper amigos del corazón!"Y así terminó aquel hermoso día en el colegio Noreña, donde seis niños demostraron que la verdadera fuerza radica en aceptarse mutuamente tal como son, celebrando las diferencias con amor e inclusión en sus corazones llenos de esperanza.

Dirección del Cuentito copiada!