El equipo mágico de Celeste y Jazmín



Había una vez en el bosque encantado, una mamá unicornio llamada Celeste y su hija unicorno llamada Jazmín. Ambas eran muy unidas y siempre hacían todo juntas.

Un día, mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un pequeño conejito que parecía estar perdido. "Hola amiguito, ¿necesitas ayuda?" preguntó Celeste. "Sí, por favor" respondió el conejito. Jazmín se acercó al conejito y lo abrazó.

La mamá unicornio pensó en cómo podían ayudarlo a encontrar su camino de regreso a casa. "¿Dónde vives?" preguntó Celeste. "En la madriguera del árbol grande cerca del río" dijo el conejito señalando hacia el este.

Celeste y Jazmín decidieron llevar al conejito de vuelta a su hogar. Mientras caminaban hacia la madriguera del árbol grande, escucharon unos sonidos extraños provenientes del río cercano. Cuando llegaron allí, descubrieron que había muchos peces atrapados en una red de pesca abandonada.

"¡Tenemos que salvarlos!" exclamó Jazmín preocupada por los pobres peces indefensos. Celeste no estaba segura de qué hacer pero sabía que tenían que actuar rápido antes de que fuera demasiado tarde.

Con mucho cuidado, lograron liberar a todos los peces de la red y devolverlos al agua salva y libremente nadando nuevamente. Después de haber salvado a los peces, Celeste y Jazmín continuaron caminando hacia la madriguera del conejito. Cuando llegaron, lo dejaron en su hogar seguro y salvo con su familia.

"¡Muchas gracias por ayudarme a volver a casa!" dijo el conejito feliz. Celeste y Jazmín se sintieron muy felices de haber podido ayudarlo.

A partir de ese día, aprendieron que siempre debían estar atentos a las necesidades de los demás y hacer todo lo posible para ayudarlos. Mientras regresaban a casa, encontraron un arroyo donde vieron un cisne herido luchando por nadar. Sin dudarlo ni un segundo, se acercaron al animal lastimado para ofrecerle ayuda.

"Hola amigo ¿estás bien?" preguntó Celeste preocupada"No puedo mover mi ala" respondió el cisne tristemente. Jazmín observó la situación y rápidamente pensó en una solución.

Decidió buscar algunas hojas grandes para crear una especie de balsa flotante que les permitiera llevar al cisne hasta su nido en la orilla del río cercano. Con mucho cuidado, lograron transportar al cisne hasta su nido donde lo dejaron descansando cómodamente mientras se reponía de sus heridas.

Al final del día, Celeste y Jazmín se sintieron muy felices por todas las aventuras que habían vivido juntas.

Habían aprendido algo valioso: que trabajar juntos como equipo siempre es mejor porque pueden hacer más cosas y ayudar a quienes más necesitan sin importar las dificultades que puedan presentarse en el camino.

FIN.

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