El Erizo Inquieto y Sus Amigos



Érase una vez en un hermoso bosque, una familia de erizos que vivía bajo un gran roble. La familia estaba compuesta por el papá Erizo, la mamá Erizo y su pequeño hijo, Spike. Spike era un erizo muy especial; siempre estaba lleno de energía, explorando el mundo a su alrededor. Pero había algo diferente en él: a veces, le costaba mucho concentrarse y a menudo se movía de un lado a otro, lo que hacía que sus amigos animales a veces se sintieran un poco incómodos.

Spike tenía muchos amigos: la ardilla Susi, el conejo Leo y la tortuga Tula. Sin embargo, cuando había juegos, no siempre lo invitaban. Mientras sus amigos se quedaban quietos, Spike no podía evitar saltar y correr por todos lados.

Un día, mientras los animales jugaban a las escondidas, Spike se emocionó tanto que comenzó a dar vueltas y a hacer ruidos extraños.

"¡Spike, deja de hacer ruido!" - dijo Susi."Así no podemos jugar en paz."

"Sí, si no puedes quedarte tranquilo, mejor juega solo" - añadió Leo.

Spike sintió un nudo en su pancita. Se encogió un poco y, con su cabeza gacha, se fue a una esquina del bosque, donde se sentó bajo un arbusto.

"¿Por qué será que no puedo ser como los demás?" - se preguntó Spike con tristeza.

Esa noche, mientras sus padres lo arropaban con hojas tiernas, Spike les contó lo que había sucedido en el juego.

"No te preocupes, Spike. Todos somos diferentes y eso es lo que nos hace únicos. Ser inquieto no es algo malo, solo significa que tienes una energía especial" - le dijo su mamá.

"Tenés que aprender a usar esa energía de una forma que te ayude y que también les guste a tus amigos" - agregó su papá.

Spike se sintió un poco mejor, pero todavía no sabía cómo hacer eso. Así que decidió que al día siguiente buscaría una manera.

La mañana llegó y Spike se encontró con que sus amigos estaban organizando una carrera en la pradera. Sin dudar, se unió.

"¡Quiero correr también!" - gritó Spike, saltando emocionado.

"¡Pero Spike! , no te quedes quieto durante la carrera" - le respondió Tula, un poco preocupada.

Spike pensó en lo que sus papás le habían dicho. Así que, en vez de solo correr y saltar, decidió hacer algo diferente: creó un pequeño circuito con ramas y hojas.

"¡Miren! ¡Vamos a hacer una carrera de obstáculos!" - exclamó Spike.

Los otros animales miraron a Spike con sorpresa.

"¡Eso suena divertido!" - dijo Leo.

"Sí, me gusta la idea" - agregó Susi.

Spike estaba tan emocionado que los organizó a todos, dándoles instrucciones sobre cómo sortear los obstáculos que él mismo había creado. Se quedó tranquilo y concentrado mientras explicaba cada prueba. Cuando comenzó la carrera, todos se divirtieron muchísimo, incluso Spike, que se movía de un lado a otro como siempre, pero esta vez con un propósito: animar a sus amigos.

Los amigos se turnaron para pasar por el circuito y, cuando terminó la carrera, todos estaban sonriendo.

"¡Felicidades, Spike, esto fue genial!" - dijeron en coro.

"Nunca pensé que podríamos divertirnos tanto juntos!" - añadió Tula, con una gran sonrisa.

Spike sintió que su corazón se llenaba de alegría. Había dado un nuevo uso a su energía, y sus amigos ahora lo veían de una manera diferente. Desde ese día, Spike comprendió que ser un poco inquieto lo hacía único y que había maneras especiales de jugar con sus amigos que les gustaban a todos.

Así, a partir de ese momento, Spike se convirtió en el erizo que siempre soñó ser: el creador de juegos divertidos y emocionante, donde todos podían participar, independientemente de sus diferentes estilos. Y así, Spike nunca dejó de ser ese erizo inquieto, pero siempre supo que estaba en el lugar correcto, junto a sus amigos, disfrutando de la vida.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1