El escarabajo en una aventura



Había una vez un pequeño escarabajo llamado Rudi que vivía en un jardín lleno de flores. Rudi era un escarabajo muy curioso, siempre explorando y preguntándose sobre el mundo que lo rodeaba. Un día, decidió que era hora de vivir una gran aventura.

- ¡Hoy voy a descubrir qué hay más allá del jardín! - dijo Rudi emocionado, mientras se preparaba para salir.

Rudi se despidió de su amiga la mariposa, quien siempre le decía que fuera precavido.

- ¡Cuidado, Rudi! - le advirtió la mariposa. - No te alejes demasiado.

- ¡No te preocupes! - contestó Rudi con optimismo. - Seré cuidadoso y volveré al atardecer.

Con su pequeño caparazón bruñido brillando al sol, Rudi cruzó la entrada del jardín. Pronto se encontró en un mundo nuevo, lleno de grandes árboles y plantas que nunca había visto.

Mientras exploraba, conoció a una hormiga llamada Anto.

- ¡Hola! - saludó Anto. - ¿Estás perdido?

- No, estoy en una aventura. Estoy descubriendo el mundo fuera del jardín. - respondió Rudi.

- ¡Eso suena asombroso! - dijo Anto. - Pero ten cuidado, hay algunos peligros en el camino.

Rudi siguió su camino, pero no pasó mucho tiempo antes de que se topara con un río caudaloso.

- ¡Oh no! No puedo cruzar esto! - exclamó Rudi, mirando las aguas veloces.

- ¡Hola! - llamó una rana desde una roca. - ¿Necesitas ayuda?

- Sí, quiero cruzar el río para continuar mi aventura, pero es muy grande. - respondió Rudi, sintiéndose un poco desanimado.

- No te preocupes, yo puedo ayudarte. - dijo la rana. - Puedo llevarte en mi espalda.

Rudi subió a la espalda de la rana y juntos cruzaron el río saltando de piedra en piedra. Cuando llegaron al otro lado, Rudi se sintió aliviado.

- ¡Gracias, amiga rana! - dijo Rudi alegremente. - No sé qué habría hecho sin ti.

- Siempre que se trate de ayudar, estaré aquí. - respondió la rana con una sonrisa.

Rudi continuó su ruta hasta que se encontró con un pequeño campo lleno de flores silvestres. En medio del campo, encontró un grupo de escarabajos juguetones.

- ¡Hola, nuevo amigo! - gritaron al unísono. - Ven, únete a nosotros.

Rudi se unió a los escarabajos en juegos y risas, olvidando por un momento que tenía que volver al jardín.

Pero de repente, el cielo se nubló y un viento fuerte sopló.

- ¡Oh no! Tengo que regresar antes de que oscurezca! - exclamó Rudi, recordando la advertencia de su amiga la mariposa.

Pero cuando miró en dirección al jardín, se dio cuenta de que no sabía cómo regresar.

- ¿Alguien puede ayudarme? - preguntó angustiado a los escarabajos.

- Te llevaremos. - dijo uno de ellos. - Podemos volar juntos hacia el jardín. ¡Agárrate fuerte!

Rudi se unió a sus nuevos amigos y, juntos, empezaron a volar hacia el jardín. Justo cuando estaban llegando, una fuerte ráfaga de viento hizo que Rudi se soltase y cayera al suelo cerca de la entrada.

Sin embargo, no se desanimó. Se levantó rápidamente y miró hacia arriba, donde sus amigos escarabajos volaban a salvo.

- ¡Gracias, amigos! - gritó Rudi mientras agitaba sus patas. - ¡No estaría aquí sin ustedes!

Los escarabajos se posaron a su lado y vinieron a ver cómo estaba.

- No hay problema, siempre podemos ayudarnos. - le dijeron.

Cuando Rudi entró al jardín, su amiga la mariposa lo esperaba con ansias.

- ¡Te estaba buscando! - exclamó la mariposa, sintiéndose aliviada. - ¿Estás bien?

- ¡Sí! - respondió Rudi emocionado. - Tuve una gran aventura y conocí a nuevos amigos que me ayudaron en el camino.

Rudi aprendió que aventurarse fuera de su zona de confort podía ser divertido, pero también importante. Sus amigos lo ayudaron a regresar a salvo y él mismo se dio cuenta de que siempre hay alguien dispuesto a ayudar cuando más lo necesitas.

Desde aquel día, Rudi siempre compartía sus aventuras con su amiga la mariposa y con todos los habitantes del jardín, promoviendo la amistad y la solidaridad.

Y así, vivió feliz, sabiendo que nunca está solo en una aventura.

FIN.

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