El escudero convertido en héroe

Había una vez un humilde escudero llamado Martín, que trabajaba en el castillo del reino. A pesar de ser el encargado de cuidar las armaduras y espadas de los valientes caballeros, Martín soñaba con convertirse en un héroe como ellos.

Un día, el reino fue amenazado por un feroz dragón que atemorizaba a la población y destruía los cultivos. Los valientes caballeros salieron en busca del dragón, pero ninguno regresó.

Martín decidió tomar valor y enfrentar al dragón, armado con su ingenio y determinación. "No puedo quedarme de brazos cruzados mientras mi reino sufre", dijo Martín. Con valentía, se acercó al dragón y descubrió que en realidad no era malvado, solo había sido herido y tenía hambre.

Martín buscó hierbas curativas y alimentos para el dragón, quien agradecido, se convirtió en su amigo. Juntos, el escudero y el dragón ayudaron a reconstruir el reino y protegieron a su gente.

La valentía y bondad de Martín lo convirtieron en un héroe para todos, demostrando que no se necesita una armadura reluciente para ser un verdadero defensor del reino.