El escultor y sus amigos geométricos
En un pequeño pueblo, vivía un escultor llamado Mateo, famoso por crear impresionantes figuras geométricas. Un día, decidió hacer un cubo y un cilindro. Cada figura tenía su encanto, pero Mateo les dio un toque especial: el cubo era azul brillante y tenía caras perfectas, mientras que el cilindro era naranja radiante y suave al tacto.
Una mañana, mientras el sol brillaba radiante en el cielo, una chispa mágica iluminó el taller y, para sorpresa de Mateo, el cubo y el cilindro comenzaron a cobrar vida.
"¡Hola, Mateo!" - gritó el cubo, con voz profunda y alegre. "Soy Cuby, y tengo un espíritu cuadrado que me hace ser muy estable."
"¡Encantado de conocerte, Cuby!" - respondió Mateo, sorprendido pero emocionado. "Y tú, cilindro, ¿cómo te llamas?"
"Soy Cilindro, y mi forma alargada me permite rodar alegremente por todas partes. Soy flexible y siempre ando buscando nuevas aventuras" - dijo el cilindro, con una risa contagiosa.
Mateo, entusiasmado, se dio cuenta de que tendría dos amigos extraordinarios que podían ayudarlo en su proceso creativo. Sin embargo, al poco tiempo, una nube gris empezó a acercarse a su taller, y un viento helado comenzó a soplar.
"¿Qué sucede, Mateo?" - preguntó Cuby, frunciendo su chispeante rostro.
"No lo sé, pero siento que algo malo se aproxima" - respondió Mateo, mirando preocupado.
Para su sorpresa, una figura retorcida y difusa emergió de la niebla; era el Terreno Torcido, un villano que siempre quería transformar todo en caos.
"¡Hola, artífice!" - rugió el Terreno Torcido. "Hoy haré que tus preciosas figuras se conviertan en formas torcidas y confusas!"
Cuby y Cilindro, viendo la maldad en los ojos del villano, decidieron intervenir.
"¡No lo permitiré!" - exclamó Cuby, plantando sus bases firmemente en el suelo. "Soy cuadrado y estable, ¡no puedes quebrantar mi forma!"
"Y yo soy un cilindro ágil y rápido" - agregó Cilindro, comenzando a rodar alrededor de Terreno Torcido. "¡No podrás atraparnos!"
El Terreno Torcido, enfadado por la valentía de los dos amigos, intentó enredarlos, pero sus formas geométricas les daban la ventaja. Cuby se mantenía firme y Cilindro, con su movimiento circular, lograba distraer al enemigo.
Finalmente, Mateo, observando la valentía de sus amigos, tuvo una idea.
"¡Cuby, Cilindro! Unamos nuestras fuerzas. Tu estabilidad y tu agilidad son el balance perfecto para enfrentarlo. ¡Nuestro arte tiene el poder de vencer al caos!"
Sin dudarlo, Cuby y Cilindro se acercaron, formando una figura combinada: un prisma que deslumbró al villano. La luz del prisma desató una energía tan fuerte que el Terreno Torcido no pudo soportarla y se desvaneció, dejando atrás una calma sorprendente.
Mateo se sintió orgulloso y aliviado por la valentía de sus amigos geométricos.
"¡Lo hicimos! Juntos logramos salvar nuestro arte" - dijo con una sonrisa.
Desde ese día, Cuby y Cilindro no solo se convirtieron en los amigos inseparables de Mateo, sino que también aprendieron que su diversidad les daba la fuerza para enfrentar cualquier desafío. Juntos, continuaron creando esculturas hermosas, llenas de colores y formas, enseñando a todos en el pueblo que lo diferente puede ser fabuloso y que, con trabajo en equipo, ¡todo es posible!
FIN.