El esfuerzo de mamá



En una linda casa en las afueras de la ciudad vivía una mamá llamada Marta, una mujer luchona y trabajadora.

Todos los días se esforzaba por hacer todo lo posible para su familia: trabajar, limpiar, cocinar y cuidar de sus hijos y esposo. Un día, Marta decidió sorprender a su familia con una deliciosa comida de pollo al disco, su plato favorito.

Pasó horas en la cocina preparando cada detalle con cariño, pero no recibió ni un gracias de su familia. -¡Mamá, esto no me gusta! -dijo su hijo menor con desagrado. -A mí tampoco me gusta -murmuró su esposo sin mirarla a los ojos. Marta sintió su corazón apretarse, pero decidió no mostrar su tristeza.

Mantuvo una sonrisa y les sirvió el pollo con amor. Luego de la cena, Marta notó que sus hijos y esposo estaban muy emocionados. -¿Qué sucede? -preguntó curiosa. -¡Hoy vamos a tomar helado! -gritó su hijo mayor. Marta se sintió desilusionada.

Había puesto tanto esfuerzo en la cena y ni siquiera habían agradecido, pero decidió que no dejaría que esto arruinara su ánimo. Así que se unió a la emoción de su familia y salieron juntos a disfrutar de un delicioso helado.

Durante el paseo, Marta les explicó a sus hijos la importancia de reconocer el esfuerzo de los demás. Les contó que cada cariño que ponemos en algo, merece ser valorado y que el agradecimiento es una manera de demostrar amor y empatía.

Sus hijos escucharon con atención y se dieron cuenta del error que habían cometido. Al llegar a casa, le pidieron disculpas a Marta y le agradecieron por la deliciosa cena que les había preparado.

Desde ese día, sus hijos e esposo comenzaron a apreciar más el esfuerzo de Marta y agradecerle por todo lo que hacía. Y así, la familia aprendió que el agradecimiento y el reconocimiento son clave para mantener el amor y la armonía en el hogar.

FIN.

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