El esfuerzo de Tania



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Estudio, una niña llamada Tania. Desde que era muy pequeña, Tania siempre fue muy disciplinada y le encantaba aprender cosas nuevas.

Siempre llegaba temprano a la escuela, con su uniforme impecablemente planchado y su mochila perfectamente organizada. Tania se destacaba por ser una alumna ejemplar en todo sentido. Siempre prestaba atención en clase, participaba activamente y sus cuadernos estaban llenos de apuntes ordenados y prolijos.

Sus compañeros la admiraban por su dedicación y esfuerzo. Un día, la maestra anunció que habría un concurso de conocimientos en el colegio. Todos los alumnos estaban emocionados y comenzaron a estudiar duro para prepararse.

Tania, por supuesto, se puso manos a la obra de inmediato. Pasaba horas repasando sus apuntes, investigando en la biblioteca y practicando con preguntas difíciles. El día del concurso finalmente llegó.

Los nervios estaban a flor de piel entre los participantes, pero Tania se mantenía tranquila y concentrada. A medida que avanzaban las rondas, Tania iba superando a sus compañeros con facilidad. Su esfuerzo y dedicación estaban dando frutos.

Finalmente, llegó el momento decisivo: la última pregunta que definiría al ganador del concurso. La maestra leyó en voz alta: "¿Cuál es el río más largo del mundo?". Todos los ojos estaban puestos en Tania, quien sin dudarlo levantó la mano y respondió: "El río Amazonas".

La maestra asintió con una sonrisa y anunció a Tania como la ganadora del concurso. Los aplausos retumbaron en el salón mientras Tania recibía su merecido premio.

Sus compañeros se acercaron a felicitarla y le preguntaron cuál era su secreto para ser tan exitosa. Tania simplemente les dijo: "La clave está en ser constante, disciplinado y nunca rendirse ante los desafíos". Desde ese día, Tania se convirtió en un ejemplo a seguir para todos en el colegio.

Demostró que con esfuerzo y determinación se pueden alcanzar grandes logros. Y así, nuestra querida Tania siguió creciendo y enfrentando nuevos desafíos con valentía y perseverancia. Y colorín colorado, este cuento de superación ha terminado.

FIN.

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