El espejo de la verdad


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Lola. Lola era conocida por todos en el pueblo por ser muy vanidosa y preocuparse demasiado por su apariencia física.

Siempre estaba peinando su larga cabellera rubia y mirándose en cualquier espejo que encontrara para asegurarse de lucir perfecta. Un día, mientras exploraba el bosque cercano al pueblo, Lola descubrió un espejo mágico escondido entre los árboles.

Al mirarse en él, se sorprendió al ver no solo su reflejo físico, sino también una versión de sí misma que parecía brillar desde adentro con una luz especial. Intrigada, Lola decidió llevarse el espejo a casa y continuar observando este fenómeno tan extraño.

Cada vez que se miraba en él, la versión interna de ella parecía más clara y definida. Con el tiempo, empezó a notar que esta versión interna reflejaba sus verdaderos sentimientos y pensamientos, mostrando sus miedos, alegrías y anhelos más profundos.

Un día, mientras Lola se encontraba frente al espejo mágico, escuchó una voz suave que provenía de su reflejo interno. "-Hola Lola", dijo la voz con calidez. "-Soy tu verdadera identidad interna.

Estoy aquí para recordarte que eres mucho más que tu apariencia física. "Lola quedó atónita al principio, pero luego comenzó a entablar conversaciones con su yo interno a través del espejo. Descubrió que tenía talentos ocultos como cantar hermosas canciones y pintar increíbles paisajes.

También reconoció sus inseguridades y temores que la habían estado frenando sin darse cuenta. Con cada conversación con su yo interno, Lola comenzó a aceptarse tal como era realmente: una niña valiente, creativa y amorosa.

Comenzó a enfocarse menos en cómo lucía por fuera y más en quién era por dentro. Un día llegaron unas ferias al pueblo donde había un concurso de talentos.

Animada por su verdadera identidad interna a través del espejo mágico, Lola decidió participar cantando una canción que había compuesto sobre la importancia de ser uno mismo.

La noche del concurso llegó y cuando le tocó el turno a Lola de subir al escenario sintió mariposas en el estómago pero recordando las palabras de ánimo de su yo interno se armó de valor para salir adelante. Cantó con todo su corazón y cautivó al público con su voz dulce e inspiradora.

Al final del concurso, aunque no ganara un premio material sabía dentro de sí misma lo mucho que había crecido durante ese proceso gracias al espejo mágico. Desde entonces, Lola siguiò siendo coqueta pero ahora también valoraba aspectos importantes como la generosidad, la amistad saber perdonar.

Y siempre llevò consigo aquel maravilloso regalo aquel Espejo Magico. Que le enseñò lo valiosa e importante qué era tanto por fuera como especialmente por dentro..

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