El Espejo de los Sueños



En un reino flotante que bailaba entre las nubes, vivían un grupo de amigos muy peculiares: Bagre, el pensador del grupo; Chato, el ingenioso; Hormiga, la más trabajadora; y Paola, la soñadora. Junto a ellos estaban Marianela, Mónica, Carla, el Paisa, Nube, Zanahoria y Poroto. Todos convivían en armonía, compartiendo aventuras y sueños, hasta que un día, una sombra oscura se cierne sobre el reino.

Una guerra entre reinos había estallado, y ellos debían actuar. Fue entonces cuando se enteraron de la existencia de un mágico espejo de sueños que podía mostrarles el camino hacia la paz.

"¡Debemos encontrar ese espejo!" - exclamó Paola entusiasmada.

"¿Pero dónde está?" - preguntó Mónica.

"Se dice que está custodiado por un dragón de niebla en la cima de la Montaña de los Susurros." - respondió Bagre.

Así que partieron juntos hacia la montaña. En su camino, cada uno mostró sus habilidades y su valentía. Chato diseñó un camino seguro; Hormiga cargó con provisiones; Carla, el espíritu de la alegría, mantenía el buen ánimo; el Paisa y Nube, siempre listos para ayudar a los demás.

Tras atravesar ríos y enfrentar tormentas, finalmente llegaron a la cima. Encontraron al dragón, grande y majestuoso, envuelto en brumas.

"¿Qué buscan en mi reino?" - rugió el dragón.

"Venimos a recuperar el espejo de sueños, para que nuestra amistad y lealtad puedan traer paz entre los reinos" - dijo Hormiga, con valentía.

El dragón, en vez de pelear, sonrió al ver la determinación de los amigos. "La verdadera magia no está en el espejo, sino en la amistad que muestran entre ustedes. Pueden llevarlo, pero deben recordar que el verdadero poder radica en su unión."

Con respeto y humildad, los amigos tomaron el espejo. Al mirarlo, vieron no solo sus sueños, sino también la gran fuerza de la amistad y la lealtad.

"¡Debemos compartirlo con todos!" - gritó Poroto.

Así, organizaron un encuentro entre los reinos para mostrarles a todos el espejo y lo que habían aprendido.

Los otros reinos, al ver el reflejo de sus sueños, comenzaron a darse cuenta de que la guerra no resolvería sus problemas. Así, a través de la magia del espejito y la valentía de un grupo de amigos, lograron restaurar la paz.

"La verdadera magia está en cada uno de nosotros y en cómo nos apoyamos mutuamente" - concluyó Chato.

Desde ese día, el reino flotante no solo fue un lugar de sueños, sino un faro de amistad y lealtad para todos. Y así, los amigos siguieron compartiendo aventuras, sabiendo que juntos podían superar cualquier obstáculo.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1