El Espejo Mágico de Cristal
Era un hermoso día soleado en el reino de Valora. Las flores estaban en pleno esplendor y los pájaros cantaban agradables melodías. Cristal, una niña curiosa y soñadora, iba camino a la escuela como cualquier otro día. Siempre llevaba consigo un libro de cuentos de princesas y hadas, que adoraba leer en su tiempo libre.
En su camino, algo brillante llamó su atención. Era un espejo hermoso, con un marco dorado adornado con flores y estrellas. Nunca había visto algo así antes.
"¿Qué será esto?" - se preguntó Cristal, acercándose al espejo.
Sin pensarlo, lo frotó con su mano hasta que comenzó a brillar intensamente y un suave zumbido llenó el aire. De repente, apareció la figura de una hada mágica llamada Lira, con alas brillantes.
"¡Hola, Cristal!" - exclamó Lira con una sonrisa. "Soy el hada de los valores y este espejo tiene el poder de mostrarte lo que hay en tu interior. ¿Te gustaría verlo?"
Cristal, emocionada y un poco asombrada, asintió con la cabeza. Lira levantó su varita y tocó el espejo. En un instante, imágenes comenzaron a salir de él, revelando gestos de bondad, sinceridad y valentía que Cristal había demostrado en su vida.
"¡Mirá!" - dijo Lira, señalando la primera imagen. "Aquí estás ayudando a tu amiga Ana cuando se cayó en el patio de la escuela. Tu bondad iluminó su día."
Cristal vio su propio reflejo, pero también la percepción de los demás hacia ella. Luego, el espejo mostró otra imagen.
"Y aquí estás defendiéndola de un niño que la molestaba. Eso fue un acto de valentía y le diste fuerzas también a Ana para defenderse."
Cristal sonrió recordando esos momentos. Sin embargo, Lira sabía que también había sombras en el corazón de la niña, así que agitó su varita una vez más. Esta vez, el espejo mostró imágenes de momentos en los que Cristal se sintió celosa de los logros de sus compañeros y se encerró en sí misma, sintiéndose mal.
"A veces, todos tenemos momentos de debilidad, pero es importante aprender de ellos y no dejar que nos definan. La envidia y el egoísmo no son valores que queremos cultivar" - dijo Lira gentilmente.
Cristal sintió un nudo en el estómago al ver esas imágenes, pero se dio cuenta de que no era malo, era parte de la vida. Escuchó atentamente mientras Lira continuó.
"El espejo no solo refleja lo que eres, sino quién puedes llegar a ser. Siembras en ti mismos los valores que te harán una buena amiga, una gran persona. ¿Qué te gustaría cultivar a partir de hoy?"
Cristal pensó por un momento. Quería ser más comprensiva, generosa y buscar siempre lo mejor en los demás.
"Quiero sembrar la amistad y la empatía" - exclamó.
Lira sonrió satisfecha.
"¡Ese es un gran primer paso! Para ayudarte en tu camino, aquí tienes algo especial para recordar lo que has aprendido hoy" - y así, el hada le entregó a Cristal una pequeña estrella de papel que brillaba con colores mágicos.
"Cada vez que sientas que esos sentimientos negativos vuelven a tu corazón, mira esta estrella y recuerda que siempre puedes elegir ser mejor."
Cristal prometió usar sus poderes mágicos propios a partir de ese día. Se despidió de Lira, quien desapareció en una nube de brillantes destellos.
Cuando Cristal llegó a la escuela, se sintió diferente. Al ver a Ana, decidió acercarse a ella y darle un abrazo sincero.
"Hola, Ana. ¿Cómo te sentís hoy?"
Ana sonrió, sorprendida pero feliz. Y así, día tras día, Cristal comenzó a practicar los valores que había descubierto en el espejo mágico. Aprendió que cada gesto de amabilidad, cada palabra sincera, y cada acto generoso, hacen del mundo un lugar más hermoso. Y por si acaso, cada vez que sentía dudas, miraba su estrella mágica recordando la lección del espejo, sabiendo que el verdadero valor reside en el corazón.
Y así, con el tiempo, Cristal se convirtió en un faro de luz para todos a su alrededor, un ejemplo de amistad y generosidad. ¿Y tú? ¿Qué valores quieres cultivar en tu vida?
FIN.