El espíritu de la Navidad en Los Pequeños Soñadores


Era un día soleado en la escuela "Los Pequeños Soñadores". Los niños de primero estaban emocionados porque era el último recreo antes de las vacaciones de invierno.

Corrían y jugaban por el patio, cuando de repente, uno de ellos vio algo extraño en un rincón. - ¡Miren, miren! ¡Es Papá Noel! -gritó Juanito señalando con emoción. Todos los niños se acercaron corriendo hacia donde estaba Juanito. Y allí, entre los árboles del patio, estaba Papá Noel.

- ¡Hola, chicos! ¿Cómo están? -saludó alegremente Papá Noel. Los niños no podían creer lo que veían. Nunca imaginaron que podrían encontrarse con el mismísimo Papá Noel en su propia escuela.

Estaban tan emocionados que comenzaron a hacerle mil preguntas al mismo tiempo.

- ¿Cómo haces para viajar por todo el mundo en una sola noche? - ¿De verdad existen los elfos? - ¿Puedes traerme una bicicleta nueva? Papá Noel sonrió y les pidió que se calmaran un poco para poder responderles adecuadamente. Se sentó en un banco y empezó a contarles historias sobre sus aventuras navideñas y cómo trabajaba junto a sus queridos elfos.

- Verán chicos, mi secreto para viajar tan rápido es la magia de la Navidad. Además, tengo mi trineo volador tirado por renos muy veloces como Rudolph. Y sí, los elfos son reales. Son pequeñitos pero muy trabajadores y me ayudan a fabricar todos los regalos que entrego en Navidad.

Los niños estaban fascinados con las historias de Papá Noel. Pero pronto, una duda surgió en la mente de Sofía.

- Papá Noel, ¿por qué solo visitas a los niños buenos? ¿Qué pasa si alguien se porta mal? Papá Noel suspiró y miró a los niños con seriedad. - Verán chicos, todos cometemos errores y nadie es perfecto. Sin embargo, la Navidad es una época especial donde nos damos amor y felicidad.

Si alguien se porta mal, lo importante es aprender de esos errores y tratar de mejorar. Todos merecen una segunda oportunidad. Los niños asintieron entendiendo el mensaje de Papá Noel. Entonces, Mateo levantó la mano emocionado.

- ¡Yo quiero pedirle un deseo a Papá Noel! Papá Noel sonrió y le hizo un gesto para que hablara. - Quisiera que todos los niños del mundo tengan juguetes en Navidad, incluso aquellos que no pueden tenerlos -dijo Mateo con ternura.

Todos los demás asintieron emocionados y comenzaron a compartir sus propios deseos: paz en el mundo, familias felices y mucha alegría. Papá Noel escuchaba atentamente cada uno de ellos mientras su corazón se llenaba de esperanza. Después de un rato, llegó el momento de despedirse.

Los niños abrazaron a Papá Noel muy fuerte y le prometieron portarse bien durante todo el año para recibirlo nuevamente en Navidad.

A medida que veían alejarse al carismático personaje navideño, los pequeños soñadores se sentían llenos de ilusión y alegría. Habían aprendido que la Navidad no solo se trataba de recibir regalos, sino también de dar amor y hacer felices a los demás.

Desde aquel día, los niños de primero en "Los Pequeños Soñadores" seguían creyendo en la magia de la Navidad. Y aunque nunca volvieron a ver a Papá Noel en el recreo, siempre llevaban su espíritu navideño en sus corazones.

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