El Estanque de los Patitos
Había una vez en el bosque encantado, un estanque mágico donde vivían muchos patitos felices y juguetones. El estanque estaba rodeado de flores de colores brillantes y árboles altos que cantaban con el viento.
En este hermoso lugar, vivían tres amigos muy especiales: Lucas el conejito, Martina la mariquita y Pablo el patito. Todos los días, los tres amigos se reunían para jugar y explorar todo lo que les rodeaba.
Una mañana, mientras paseaban alrededor del estanque, Martina exclamó: '¡Miren chicos, hay tantos patitos en el estanque! ¿Podrán ayudarme a contar cuántos hay?' Todos juntos se acercaron al estanque y empezaron a contar uno por uno: 'Uno, dos, tres, cuatro, cinco...
¡hay ocho patitos!' De repente, escucharon un ruido proveniente del otro lado del estanque. Era Rosa, la tortuga, quien se les unió muy emocionada. '¡Hola amigos! ¿Qué están haciendo?' preguntó curiosa. 'Estamos contando los patitos en el estanque, Rosa. ¿Te gustaría ayudarnos?' invitó Lucas.
'Claro que sí, me encanta contar cosas. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... ¡hay nueve patitos!' exclamó Rosa. Los amigos se alegraron al descubrir que había un patito más de lo que pensaban.
De repente, los patitos comenzaron a nadar en círculos alrededor de una linda nenúfar. '¡Miren qué divertido!', dijo Pablo, el patito. 'Sí, es como una rueda de patitos', dijo Martina riendo. Los amigos observaron a los patitos felices y contentos, mientras el sol brillaba sobre el estanque.
'¡Qué bonito es el estanque de los patitos!', exclamó Lucas. Todos asintieron con alegría. Desde ese día, los amigos visitaban el estanque con frecuencia, contando los patitos y disfrutando de su compañía.
Y así, entre juegos y risas, la amistad entre los amigos creció y se fortaleció como el estanque de los patitos.
FIN.