El examen matemático de Hugo y Simón
Había una vez en la selva un hipopótamo llamado Hugo y un saltamontes llamado Simón. Ambos eran muy amigos y les encantaba estudiar juntos.
Un día, su profesor de matemáticas, el león Leonardo, les anunció que tendrían un examen al día siguiente. - ¡Oh no, Simón! ¿Qué vamos a hacer? -exclamó preocupado Hugo. - Tranquilo amigo, juntos podemos lograrlo. Vamos a estudiar toda la noche si es necesario -dijo optimista Simón.
Así pasaron la noche repasando problemas de suma, resta y multiplicación. A pesar de sus esfuerzos, al día siguiente ambos suspendieron el examen. El león Leonardo les dijo que debían mejorar en matemáticas si querían aprobar el próximo examen.
Desanimados pero decididos a superarse, Hugo y Simón buscaron la ayuda del búho Olivia, la sabia maestra del bosque. Olivia los recibió con amabilidad y se ofreció a darles clases particulares de matemáticas.
Durante semanas, Hugo y Simón asistieron con entusiasmo a las clases de Olivia. Poco a poco fueron mejorando en sus habilidades numéricas y ganando confianza en sí mismos. Finalmente llegó el día del siguiente examen de matemáticas.
Nerviosos pero preparados gracias al esfuerzo conjunto y al apoyo de Olivia, Hugo y Simón resolvieron cada problema con determinación y precisión. Al recibir sus calificaciones, descubrieron con alegría que habían aprobado con excelentes notas. El león Leonardo felicitó orgulloso a sus alumnos por su mejora significativa.
- ¡Lo logramos Hugo! ¡Aprobamos! -exclamó emocionado Simón. - Sí amigo, lo logramos gracias a nuestro esfuerzo y trabajo en equipo -respondió feliz Hugo.
Desde ese día, Hugo y Simón se convirtieron en ejemplo para todos los animales del bosque demostrando que con perseverancia, dedicación y apoyo mutuo se pueden superar cualquier desafío. Y así fue como el hipopótamo Hugo y el saltamontes Simón aprendieron una valiosa lección: nunca rendirse ante las dificultades y siempre buscar ayuda cuando sea necesario para alcanzar sus metas.
Juntos demostraron que no importa cuántas veces falles, lo importante es levantarse y seguir adelante hasta alcanzar el éxito deseado. Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Que viva la amistad!
FIN.