El explorador de la fauna
Había una vez un niño llamado Román que amaba explorar la naturaleza. Un día, mientras caminaba por el bosque, se topó con una serpiente muy peculiar. Era de color rojo y tenía unos ojos brillantes como rubíes.
- ¡Hola! -dijo Román sorprendido- ¿Eres una serpiente mágica? - Sí, soy una serpiente muy especial -respondió la serpiente con voz suave.
Román estaba emocionado de haber encontrado a un animal tan raro y decidió seguir explorando para ver qué más podía encontrar. Mientras avanzaba por el bosque, vio a un zorro volador y a un conejo gigante que le saludaron amistosamente. - ¡Qué aventura tan increíble! -exclamó Román asombrado.
De repente, escuchó unos gruñidos provenientes de detrás de los arbustos. Con mucho cuidado se acercó y descubrió que había un oso herido en el suelo. - ¿Estás bien? -preguntó preocupado Román al oso. - No sé qué me ha pasado...
me siento muy débil -respondió el oso entre gemidos de dolor. Román sabía que tenía que ayudarlo así que decidió llevarlo hasta su casa para curarlo.
Con mucho esfuerzo logró cargar al enorme animal en sus brazos y emprendió el camino hacia su hogar en las afueras del bosque. Después de horas de caminar bajo el sol ardiente, finalmente llegaron a la casa de Román. Su madre lo recibió con sorpresa al ver al gran oso herido en sus brazos.
- ¡Dios mío! ¿Qué ha pasado? -preguntó su madre asombrada. - Encontré a este oso herido en el bosque y lo traje para curarlo. -respondió Román con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
Su madre quedó impresionada por la valentía y determinación de su hijo, así que juntos cuidaron al oso hasta que se recuperó por completo. Desde ese día, Román aprendió que siempre debía estar atento a los animales y la naturaleza, porque pueden necesitar ayuda en cualquier momento.
La aventura de Román no terminó ahí, pues siempre estaba dispuesto a explorar el bosque y descubrir nuevos animales raros.
Con el tiempo se convirtió en un experto en la fauna local y ayudaba a los demás cuando encontraba algún animal herido o extraviado. Y así, Román se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo, quienes admiraban su coraje y dedicación hacia la naturaleza.
FIN.