El Fantasma Cazador de Sonrisas
En un pequeño y pintoresco barrio, había una casa antigua que todos los niños del lugar conocían: la Casa de las Sombras. Se decía que allí habitaba un fantasma llamado Tobi. Sin embargo, Tobi no era un fantasma cualquiera; él tenía la peculiaridad de asustar a los niños, pero no de la forma que uno podría imaginar. En lugar de intentar dar miedo, lo que realmente quería era que ellos sonrían.
Un día, un grupo de niños decidió explorar la Casa de las Sombras. Entre ellos estaban Sofi, Mati y Lucas, tres amigos inseparables.
- “¿Por qué tienen tanto miedo de este lugar? ” - preguntó Sofi, que era la más valiente del grupo.
- “Dicen que Tobi hace ruidos extraños y aparece en las noches” - respondió Mati, un poco temeroso.
- “Vamos a ver quién es realmente”, dijo Lucas, decidido a desafiar el mito.
Al entrar a la casa, se encontraron con un ambiente sombrío y polvoriento, pero en lugar de asustarse, comenzaron a buscar pistas sobre la personalidad de Tobi.
- “¿Qué tal si lo llamamos? ” - sugirió Sofi con un guiño. Los tres hicieron un círculo en el suelo y gritaron: - “¡Tobi, ven a jugar! ”
Para su sorpresa, una suave ráfaga de viento sopló y frente a ellos apareció un pequeño fantasma de color azul con una gran sonrisa.
- “¡Hola, soy Tobi! ¡Gracias por invitarme! ” - dijo el fantasma emocionado.
Los niños se miraron entre ellos, sorprendidos pero aliviados que no era tan aterrador como pensaban.
- “Pero… ¿Por qué asustás a la gente? ” - preguntó Mati con curiosidad.
- “No asusto en realidad, sólo quiero que la gente sonría. He notado que los niños cada vez ríen menos, y he intentado hacer cosas divertidas, pero la mayoría se asustan” - explicó Tobi mientras flotaba de un lado al otro.
Los amigos se sintieron conmovidos por la historia de Tobi. Decidieron ayudarlo a lograr su objetivo. Juntos, comenzaron a idear un plan para hacer reír a los niños del barrio.
Primero, organizaron un concurso de cuentos de miedo, pero con un giro. Todos los cuentos debían terminar con un final divertido. La noticia se esparció y muchos niños vinieron a participar.
- “¡Va a ser espectacular! ” - exclamó Sofi.
- “Puedo aparecer y dar miedo en el medio del cuento, ¡pero solo para asustar de manera graciosa! ” - dijo Tobi emocionado.
El día del concurso llegó y los niños estaban entusiasmados. Tobi hizo su aparición repentina, pero en lugar de hacer ruidos espeluznantes, se disfrazó de payaso, con una peluca de colores brillantes y una nariz roja. Todos se reían a carcajadas.
- “¡Tobi, sos el mejor! ” - gritó Lucas entre risas.
Las risas del concurso resonaron en el barrio, y Tobi se sintió más feliz que nunca. Hicieron de la Casa de las Sombras un lugar de risas y juegos, donde todos los niños deseaban estar, en vez de temerle.
Al final del día, después de tantas sonrisas, Tobi se despidió de sus amigos.
- “Gracias por ayudarme a ser el fantasma más feliz. No soy un cazador de miedo, ¡soy un cazador de sonrisas! ” - dijo Tobi.
Los niños prometieron volver a visitarlo, y desde entonces, cada vez que se escuchaba una risa en la casa, todos sabían que Tobi estaba cerca, animando a todos con su alegría.
Con el tiempo, aprendieron que a veces, lo que parece aterrador en realidad puede ser algo muy bonito. Tobi se convirtió en el mejor amigo de todos, y juntos, transformaron la Casa de las Sombras en el lugar más divertido del barrio.
Y así, el fantasma que asustaba a los niños, se convirtió en el héroe que llenó sus días de risas y felicidad.
FIN.