El fantasma protector de Buenos Aires



Había una vez en la ciudad de Buenos Aires un fantasma travieso que se paseaba por las calles asustando a todos los vecinos. Este fantasma no era malo, solo le gustaba divertirse haciendo travesuras y causando alboroto.

Un día, el fantasma decidió jugarle una broma a la ciudad entera. Se apoderó de todas las luces de la ciudad y las apagó, sumiendo a todos en la oscuridad.

La gente comenzó a asustarse y a preocuparse por lo que podría pasar. En medio de la oscuridad, apareció Lucía, una niña valiente y curiosa que no le tenía miedo al fantasma. Decidió ir en su búsqueda para hablar con él y entender por qué estaba causando tanto caos.

Lucía recorrió las calles hasta llegar al centro de la ciudad, donde vio al fantasma riendo mientras jugueteaba con las luces.

Con voz firme, Lucía se acercó al fantasma y le dijo:-¿Por qué haces esto? Estás asustando a toda la ciudad y eso no está bien. El fantasma se detuvo sorprendido por la valentía de Lucía. Le explicó que solo quería divertirse porque se sentía solo y triste vagando por las calles sin que nadie lo notara.

Lucía escuchó atentamente al fantasma y sintió empatía por él. Entendió que todos necesitamos compañía y cariño para ser felices. Entonces, tuvo una idea brillante.

-Juguemos juntos, pero de una forma que divirtamos a todos sin asustarlos -propuso Lucía con una sonrisa. El fantasma dudó un momento, pero finalmente aceptó. Juntos idearon un espectáculo de luces increíble que iluminó todo el cielo nocturno de Buenos Aires.

Los colores bailaban en el aire mientras la gente observaba maravillada desde sus ventanas. Desde ese día, el fantasma dejó de sembrar el terror en la ciudad y se convirtió en su protector junto a su nueva amiga Lucía.

Juntos enseñaron a todos que incluso aquello que parece espeluznante puede transformarse con amor y comprensión. Y así, entre risas y destellos luminosos, el fantasma encontró su lugar en el corazón cálido de Buenos Aires gracias a la valentía e ingenio de Lucía. Y colorín colorado este cuento ha terminado...

¡por ahora!

FIN.

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