El festín de invierno



Había una vez en un lugar mágico, un bosque cubierto de nieve donde vivían diversos animalitos. El invierno se acercaba y con él llegaba el momento de prepararse para la temporada de frío.

Los habitantes del bosque se reunieron y decidieron organizar un festín especial para compartir las comidas que los ayudarían a mantenerse fuertes y cálidos durante el invierno. "¡Vamos a preparar el mejor festín de invierno que este bosque haya visto!" exclamó el conejo, quien sería el anfitrión.

Todos los animales estaban emocionados con la idea y se pusieron manos a la obra.

El oso preparó una deliciosa sopa de miel y bayas, el zorro cocinó unas sabrosas empanadas de frutas silvestres, el ciervo contribuyó con unas galletas de avena y el pájaro carpintero trajo unas barritas de semillas y frutos secos. Finalmente, el conejo preparó un exquisito estofado de verduras de la huerta.

El festín estaba listo y todos se reunieron alrededor de la gran mesa que habían armado en el centro del bosque. Cada plato que se servía desprendía un delicioso aroma que llenaba el aire de alegría y satisfacción.

Los animalitos compartían, reían y disfrutaban de la compañía mientras probaban cada uno de los platillos preparados con tanto esmero. El festín de invierno se convirtió en una celebración llena de amor, amistad y gratitud por los alimentos que la naturaleza les brindaba.

Con los corazones llenos y los estómagos satisfechos, los animales se despidieron prometiendo continuar cuidándose y apoyándose mutuamente durante el invierno. Y así, con la unión y solidaridad, el bosque se mantendría cálido y alegre en los meses de frío.

FIN.

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