El festival de la armonía animal


Había una vez en la selva un elefante llamado Trompito.

Era un elefante muy especial, ya que tenía un don maravilloso: ¡sabía cantar! Pero a pesar de su talento, era muy tímido y siempre cantaba solo en lo más profundo del bosque. Un día, mientras paseaba por el río, Trompito escuchó una melodía hermosa que venía de lejos. Siguiendo el sonido, descubrió a sus amigos animales reunidos alrededor de un pequeño escenario improvisado.

-¡Oh, qué bonita canción están cantando! -exclamó emocionado Trompito. -Gracias, Trompito. Estamos ensayando para nuestro próximo festival musical -respondió el león Leo con una sonrisa-. ¿Te gustaría unirte a nosotros? Trompito se sintió abrumado pero también emocionado por la invitación.

Aunque estaba asustado de mostrar su talento frente a los demás animales, decidió darle una oportunidad. -Está bien... Voy a intentarlo -dijo tímidamente. Así comenzaron los ensayos para el festival musical.

Cada día, los amigos se juntaban y practicaban diferentes canciones. Todos estaban felices de compartir su amor por la música y ayudarse mutuamente a mejorar. Pero había algo que preocupaba a Trompito: no sabía leer las partituras ni entender las notas musicales como sus amigos.

Se sentía frustrado porque pensaba que eso lo haría menos talentoso. Un día antes del festival musical, cuando todos estaban descansando bajo la sombra de un árbol, Trompito decidió hablar con sus amigos sobre su preocupación. -Chicos, estoy muy nervioso.

No sé leer partituras ni entender las notas musicales como ustedes. Me siento inferior y temo arruinar la presentación -confesó el elefante con tristeza. Sus amigos se miraron unos a otros sorprendidos por sus palabras.

-Trompito, no necesitas saber leer partituras para ser un gran cantante. Lo importante es que sientas la música en tu corazón y la transmitas con alegría -dijo la jirafa Juana, tratando de animarlo. -Yo tampoco sabía leer partituras cuando empecé a tocar mi tambores.

Pero aprendí escuchando y practicando junto a mis amigos -agregó el mono Marcelo. Los demás animales asintieron en acuerdo y comenzaron a contarle historias de cómo ellos también habían superado obstáculos en su camino hacia la música.

-Recuerda que todos somos diferentes y eso es lo que nos hace especiales. Tu voz única tiene el poder de emocionar a quienes te escuchen -añadió Leo, el león líder del grupo.

Las palabras de aliento de sus amigos llenaron el corazón de Trompito de confianza y determinación. Decidió dejar atrás sus miedos e inseguridades para dar lo mejor de sí mismo en el festival musical. Finalmente llegó el día tan esperado.

La selva entera estaba presente para disfrutar del espectáculo musical preparado por los animales artistas. Cuando llegó el turno de Trompito, sintió un nudo en su garganta pero recordó las palabras reconfortantes de sus amigos y comenzó a cantar.

Su voz resonó en toda la selva, dejando a todos los animales sin palabras. Trompito cantaba con tanta pasión y alegría que su canción llegaba hasta lo más profundo de sus corazones. Al terminar su presentación, la multitud estalló en aplausos y ovaciones.

Trompito se sintió como si estuviera volando de felicidad. Sus amigos se acercaron a él con una sonrisa llena de orgullo. -¡Lo lograste, Trompito! ¡Fuiste increíble! -exclamaron todos emocionados.

A partir de ese día, Trompito nunca dejó de cantar junto a sus amigos. Juntos seguían compartiendo su amor por la música y demostrándole al mundo que cada uno tiene un don único y especial para compartir con los demás.

Y así, el elefante Trompito descubrió que no importa cuán diferentes seamos o qué obstáculos enfrentemos, siempre podemos encontrar el coraje dentro de nosotros mismos para superar nuestros miedos y brillar en todo nuestro esplendor.

Dirección del Cuentito copiada!