El festival de la magia compartida



En el hermoso pueblo de Imagen Land, donde todo era colorido y alegre, vivían muchas frutas y verduras que hablaban y tenían una vida muy especial. En este lugar mágico, cada día era una nueva aventura.

Un día soleado, la pequeña Bana se despertó en su árbol favorito. Bana era una banana muy curiosa y siempre estaba llena de energía. Se levantó estirándose y saltando emocionada por lo que le depararía ese día.

Al bajar del árbol, Bana se encontró con sus amigos Manzana y Zanahoria. Juntos decidieron ir al mercado para comprar algunas cosas deliciosas para preparar un picnic en el prado cercano. Mientras caminaban hacia el mercado, algo extraño comenzó a suceder.

Las calles se volvieron borrosas y los colores se desvanecieron lentamente hasta desaparecer por completo. El pueblo entero estaba sumido en un silencio oscuro. "- ¿Qué está pasando?", preguntó asustada Bana mientras miraba a sus amigos con preocupación.

"- No lo sé", respondió Manzana con voz temblorosa. "¡Parece que estamos perdiendo nuestra magia!"Zanahoria, quien siempre tenía ideas brillantes, sugirió buscar al sabio Tomate para pedirle ayuda.

Todos estuvieron de acuerdo y corrieron hacia la casa de Tomate. Tomate vivía en una enorme casa roja en medio del bosque encantado de Imagen Land. Era conocido como el más sabio entre todas las frutas y verduras del pueblo.

Al llegar allí, encontraron a Tomate en su jardín, regando sus plantas. Le contaron lo que les había sucedido y Tomate los escuchó atentamente. "- Parece que el pueblo ha perdido su esencia mágica", dijo Tomate con voz tranquila pero preocupada.

"Pero no se preocupen, estoy seguro de que podemos encontrar una solución". Tomate explicó a Bana, Manzana y Zanahoria que la magia del pueblo estaba dentro de ellos mismos.

Les recordó que cada fruta y verdura tenía un poder especial para alegrar la vida de las personas. "- Bana, tu dulzura puede iluminar cualquier situación", le dijo alegremente mientras acariciaba la piel amarilla de la banana. "Manzana, tu frescura siempre nos brinda energía positiva. Y Zanahoria, tus colores brillantes nos llenan de vitalidad".

Los tres amigos sonrieron al darse cuenta del valor único que tenían dentro de sí mismos. Juntos decidieron organizar un festival en el prado para mostrarle al pueblo todo su potencial mágico y así recuperar la alegría perdida.

El día del festival llegó y todo Imagen Land se reunió en el prado. Bana subió al escenario con una gran sonrisa y comenzó a cantar una canción llena de dulzura.

La gente empezó a vibrar con su hermosa voz y poco a poco los colores volvieron a aparecer en el pueblo. Luego fue el turno de Manzana, quien bailaba con gracia mientras dejaba caer algunas gotas refrescantes sobre todos los presentes.

El calor se disipó instantáneamente y las risas llenaron el aire. Por último, Zanahoria se acercó al micrófono y con su voz llena de entusiasmo, invitó a todos a pintar murales coloridos en las paredes del pueblo.

Las calles se llenaron de alegría y la magia volvió a fluir por cada rincón de Imagen Land. Desde ese día, Bana, Manzana y Zanahoria supieron que su verdadero poder estaba en compartir su esencia mágica con los demás.

Aprendieron que cada uno tiene algo especial dentro de sí mismo para hacer del mundo un lugar más brillante y hermoso. Y así, el pueblo de Imagen Land siguió floreciendo gracias a la magia única de todas sus frutas y verduras.

FIN.

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