El Festival de las Culturas
Había una vez un pequeño pueblo llamado Arcoíris, conocido por sus coloridas casas y su alegría contagiosa. Cada año, los habitantes del pueblo celebraban un evento muy especial, el Festival de las Culturas, donde cada familia mostraba lo mejor de su cultura. Este año, la pequeña Lila, una niña curiosa y soñadora, estaba muy emocionada por participar. "¡Mamá, este año quiero presentar la danza folclórica de mi abuela!"- exclamó Lila mientras revolvía entre los recuerdos de su abuela.
La mamá de Lila sonrió y le dijo: "Me parece una idea maravillosa, Lila. Pero no olvides que hay muchas otras familias que también compartirán lo suyo."
Lila se puso a practicar todos los días, mientras investigaba sobre otras culturas que presentaría en el festival. En la plaza del pueblo, vio a sus amigos preparando diversas actividades. Maxi, su amigo de la infancia, ayudaba a su abuela a hacer empanadas argentinas. "¡Mirá, Lila! Son las empanadas de mi abuela, ¡son las mejores!"- dijo Maxi mientras las sacaba del horno.
Más tarde, Lila se encontró con Sofía, quien estaba muy entusiasmada con su stand de comida italiana. "¡Voy a hacer pizza! Mi familia tiene la receta secreta de la abuela, es deliciosa. ¿Y vos?"- preguntó Sofía. Lila respondió con una sonrisa: "Voy a hacer la danza de mi abuela, pero también voy a compartir las tradiciones de todas nuestras culturas."
Con cada día que pasaba, Lila se sentía más emocionada por el festival, pero también un poco nerviosa. ¿Qué pasaría si a nadie le gustaba su danza? El día del festival, el pueblo estaba lleno de colores, sonidos y olores exquisitos. Las familias exhibían sus tradiciones con orgullo. Lila observaba a su alrededor y veía a Maxi sirviendo empanadas, a Sofía estirando la masa para la pizza y a otros amigos mostrando artesanías de sus culturas.
Cuando llegó el momento de que Lila comenzara su presentación, el corazón le latía fuertemente. Subió al escenario, y al mirar al público, vio los rostros sonrientes de su familia y amigos. "¡Hola a todos! Hoy quiero compartir la danza de mi abuela, que nos habla de nuestras raíces y tradiciones."
La música empezó a sonar y Lila comenzó a bailar. Al principio, sus pasos fueron un poco titubeantes, pero rápido se llenó de confianza. El público aplaudía y sonreía. A medida que bailaba, recordó a su abuela y su amor por la cultura. La danza era más que un baile; era una forma de unir a todos en el pueblo. Al terminar su presentación, el aplauso fue ensordecedor.
Después de la presentación, varios niños se le acercaron. "¡Nos encantó tu baile! Vamos a bailar juntos"- dijo Maxi. "¡Sí! ¡Una danza de todos nosotros!"- agregó Sofía.
Lila se sintió feliz al ver que su danza había inspirado a otros. Todos se reunieron en el centro de la plaza y comenzaron a danzar, mezclando tradiciones, pasos y estilos de diferentes culturas. "¡Esto es increíble!"- gritó Lila, y todos rieron disfrutando del momento.
El festival continuó con muchas más presentaciones, y cada uno de ellos mostró lo mejor de su cultura. Al final del día, Lila se sintió llena de alegría porque no solo había compartido la danza de su abuela, sino que también había creado un puente cultural entre los diferentes sabores y ritmos del pueblo.
Mientras el sol se ponía y el cielo se llenaba de estrellas, Lila comprendió que las culturas son un tesoro que debemos compartir y celebrar. "El festival de las culturas no solo nos une, nos hace más fuertes y felices, viviendo en armonía en este hermoso Arcoíris"- pensó mientras sonreía viéndolos bailar juntos bajo las estrellas.
Desde ese día, Lila se comprometió a seguir aprendiendo y compartiendo sobre las culturas de su pueblo, y siempre recordará que todos, sin importar de dónde venimos, tenemos algo especial que ofrecer al mundo.
FIN.