El Festival de las Estrellas
En la hermosa ciudad de Huánuco, donde el sol brilla con fuerza y las montañas se elevan como guardianes del cielo, dos niñes, Sofía y Tomás, vivían en casas vecinas. Desde pequeños, habían sido amigos inseparables y compartían aventuras en el parque central, donde los árboles les ofrecían sombra y los pájaros decoraban el aire con sus melodías.
Un día, en la escuela, la maestra anunció la llegada del Festival de las Estrellas, un evento especial donde los estudiantes debían crear una estrella gigante de papel y decorarla con luces y pinturas. Esa estrella sería el símbolo de la amistad y la esperanza.
Sofía, con su cabello rizado y sonrisa radiante, dijo emocionada: "Tomás, ¿te gustaría hacer nuestra estrella juntos? Podemos llenarla de colores y hacerla brillar más que ninguna otra!" -
Tomás, que siempre había estado a su lado, asintió con entusiasmo. "¡Sí! Haremos la estrella más hermosa de todo Huánuco!" -
Los días pasaron entre risas, recortes de papel de colores y muchas chispas de creatividad. Sofía pintó un lado de la estrella de azul, mientras que Tomás eligió colores cálidos para el otro lado. Al final, decidieron decorarla con pequeños espejos que reflejaban la luz del sol y la hacía brillar intensamente.
El día del festival, el parque central estaba lleno de luces brillantes y sonrisas. Sofía y Tomás estaban nerviosos y emocionados al mismo tiempo. "¿Estás lista para mostrar nuestra estrella?" - preguntó Tomás.
"¡Sí! Pero tengo un poco de miedo, ¿y si a nadie le gusta?" - respondió Sofía, apretando sus manitos.
"No importa si a alguien le gusta o no, lo importante es que la hicimos juntos. ¡Eso ya la hace especial!" - dijo Tomás, tratando de animarla.
Al llegar su turno, los dos se acercaron al escenario con la estrella. Con cada paso, Sofía sentía un nudo en el estómago, pero cuando levantaron la estrella, la multitud aclamó con aplausos. Cuando el sol se ocultó, las luces de la estrella se encendieron, reflejando destellos por todo el parque.
"¡Mirá! ¡Brilla más que todas!" - gritó Tomás emocionado. Sofía no podía creer lo que veían sus ojos. La alegría la abrazó y, en un impulso, tomó la mano de Tomás.
"¡Gracias por ayudarme! Nunca hubiera podido hacerlo sola." - dijo Sofía, con lágrimas de felicidad en sus ojos.
"Siempre estaré aquí contigo, Sofía. Nuestra amistad es la luz más brillante que hay." - respondió Tomás, sonriendo.
A partir de aquel día, la estrella no solo fue símbolo de su amistad, sino que también se convirtió en un recuerdo inolvidable de cómo juntos podían lograr cosas maravillosas. Y, así, mientras el festival continuaba, los corazones de Sofía y Tomás también comenzaron a brillar con un sentimiento especial que poco a poco empezó a transformarse en algo más grande: el amor. Al final, el año siguiente, fueron juntos al festival nuevamente, pero esa vez, ambos sabían que su amistad había evolucionado.
"Quiero que nuestra próxima estrella sea aún más grande", dijo Sofía.
"Y también más brillante, como nuestro amor!" - respondió Tomás con una sonrisa que iluminaba su rostro.
Y así, entre risas y sueños, Sofía y Tomás se adentraron en el maravilloso camino de la vida, pintando cada día con sus estrellas llenas de amor y amistad en la mágica ciudad de Huánuco.
FIN.