El Festival de los Recuerdos
En la escuela "Los Peques del Futuro", los alumnos se preparaban para el gran evento del año: el Festival de los Recuerdos. La maestra Ana había propuesto algo diferente este año. "Chicos, en lugar de un show común, vamos a viajar por el tiempo a través de las danzas que han marcado nuestra historia. Cada sección representará una época diferente", comentó con entusiasmo.
Los chicos, llenos de energía, comenzaron a investigar sobre cada tipo de danza. La clase de sexto grado, a cargo de Lucas y Sofía, decidió representar el tango, un baile que había sido la pasión de sus abuelos. "¡Es un baile de amor y nostalgia!", exclamó Lucas.
En quinto grado, los alumnos de Valentina y Julián se dedicaron al candombe, una danza llena de ritmos y colores provenientes de las raíces africanas. "Hay que mostrar la alegría y la resistencia del pueblo, y que la gente se divierta!", dijo Valentina.
La clase de cuarto grado, siempre movidos por la música moderna, decidió crear una coreografía de rock. "Vamos a hacer que todos se levanten a saltar y cantar con nosotros", propuso Julián, mientras ensayaban su energía en el patio.
En tercer grado, la señorita Margarita eligió el carnavalito. "Esta danza representa nuestras tradiciones indígenas. ¡Vamos a poner plumas y hacer que todos se sientan en el carnaval!", exclamó entusiasta.
El segundo grado, liderado por la dulce profesora Clara, eligió aprender lambada. "Es tan hermoso, chicos. Pasión y libertad. Vamos a invitar a los papás a unirse a nosotros", dijo con emoción.
Finalmente, los más pequeños, en primer grado, celebrarían las tradiciones argentinas con una percusión nacional utilizando instrumentos caseros. "Con tarros y botellas, haremos el mejor sonido", gritó Mateo.
Los ensayos comenzaron, y cada grupo mostró su talento. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha del festival, algunos alumnos comenzaron a dudar de sus habilidades. "¿Y si nos olvidamos los pasos?", se preocupó Sofía. "No te preocupes, tenemos que practicar y confiar en nosotros mismos", respondió Lucas.
En una tarde de ensayos, un viento fuerte abrió la puerta del salón y dejó caer un viejo libro de historias. "¡Miren esto!", gritó Valentina mientras levantaba el libro. El título era "Danzas y Recuerdos".
Los chicos se reunieron en torno a Valentina mientras leían las historias detrás de cada danza. "¿Sabían que el tango nació entre los inmigrantes?", dijo Valentina sorprendida. "¡Y el candombe celebra la cultura afroargentina!", agregó Julián.
Inspirados, decidieron superarse a sí mismos y se comprometieron a practicar con más dedicación. "Vamos a mostrar lo que hemos aprendido no sólo a través del baile, sino también compartiendo nuestras historias", comentó Sofía.
El día del festival llegó, y la escuela se llenó de color, música y alegría. Cada grupo bailó con pasión, y el público aplaudía entusiasmado. Cuando llegó el último grupo, con los pequeños de primero, todo el mundo se unió a ellos, creando una gran fiesta de danzas argentinas.
Al final del festival, los chicos se sintieron orgullosos de haber compartido no solo sus pasos, sino también la historia de su país. "¿Vieron? Juntos, somos más fuertes y divertidos", concluyó Lucas.
La maestra Ana sonrió al ver a sus alumnos felices. "Hoy han recordado que el arte une a las personas y nos hace valorar nuestras raíces". La escuela entera se llenó de risas y gratitud, recordando que, aunque el pasado sea importante, lo que construyen juntos es aún más valioso.
FIN.