El festival del dragón solidario
Había una vez en un reino lejano, una princesa llamada Lola. A diferencia de otras princesas que solían estar solas en sus castillos, Lola tenía muchos amigos con quienes compartía momentos inolvidables.
Lola vivía en un hermoso castillo rodeado de jardines florecidos y animales amigables. Su mejor amigo era Lucas, el hijo del jardinero real. Juntos exploraban cada rincón del castillo y se divertían jugando a las escondidas entre los árboles frondosos.
Un día, mientras paseaban por el mercado del pueblo, escucharon risas provenientes de la plaza central. Se acercaron curiosos y descubrieron que un grupo de niños estaban organizando un festival para recaudar fondos para los más necesitados del reino.
- ¡Hola Lola! ¿Quieres participar en nuestro festival? -preguntó Martina, una niña pelirroja muy simpática. - ¡Claro que sí! Será divertido ayudar a quienes lo necesitan -respondió Lola emocionada. Así comenzaron los preparativos para el gran festival solidario.
Todos los amigos de Lola se sumaron: Lucía la panadera, Nicolás el herrero, Valentina la maestra y muchos más. Cada uno aportaba su talento y creatividad para hacer del evento un éxito.
El día del festival llegó y el pueblo entero se congregó en la plaza central. Había juegos, espectáculos de magia, bailes tradicionales y puestos con comidas deliciosas preparadas por los habitantes. La gente compraba boletos para participar en las rifas y donaba generosamente para la causa benéfica.
De repente, mientras todos disfrutaban de la celebración, un fuerte estruendo resonó en el aire. Un dragón gigante había aparecido sobre el castillo y empezaba a lanzar llamas asustando a todos los presentes.
- ¡Oh no! ¡El dragón está causando caos en nuestro festival! -gritó Lucas preocupado. Lola recordó las historias que su abuelo le contaba sobre valientes caballeros que enfrentaban peligros para proteger al reino. Decidida a salvar el día, tomó coraje y subió al lomo de su fiel caballo blanco.
- ¡No teman amigos! Yo soy la princesa Lola y junto con mi valiente caballero Lucas derrotaremos al dragón -exclamó con determinación. Con astucia e ingenio, Lola ideó un plan para calmar al dragón sin hacerle daño.
Descubrió que solo quería atención y cariño ya que se sentía solo en las montañas cercanas al reino.
Con paciencia logró ganarse su confianza ofreciéndole comida e invitándolo a ser parte de la comunidad del castillo donde encontraría amigos como ella lo había hecho. Desde ese día, el dragón se convirtió en otro amigo más de Lola y juntos enseñaron al pueblo que todos merecen amor y comprensión sin importar su apariencia o diferencias.
El festival solidario fue todo un éxito gracias a la valentía y bondad de la princesa Lola quien demostró que tener muchos amigos puede llevarnos a vivir aventuras extraordinarias llenas de aprendizajes inolvidables.
FIN.