El filtro mágico del riachuelo



Había una vez un pequeño pueblo rodeado de hermosos árboles y flores coloridas. En ese lugar, los pájaros cantaban alegremente todas las mañanas y el agua cristalina fluía por un riachuelo que atravesaba el centro del pueblo.

Los niños siempre jugaban en los jardines, disfrutando de la naturaleza que les rodeaba. Un día, los pájaros notaron algo extraño. El agua del riachuelo se estaba volviendo cada vez más turbia y sucia.

Los peces comenzaron a desaparecer y las flores marchitaban sin razón aparente. Los niños también notaron estos cambios y se preocuparon mucho. - ¡Qué está pasando con nuestro riachuelo! -exclamó Lucas, uno de los niños más curiosos del pueblo.

- No lo sé, pero debemos hacer algo para salvarlo -respondió Sofía, una niña valiente y decidida. Los niños decidieron investigar qué estaba ocurriendo con el riachuelo y fueron en busca de respuestas.

Caminaron por el bosque hasta llegar al origen del río donde encontraron una fábrica abandonada que arrojaba residuos tóxicos al agua. - ¡Aquí está el problema! -gritó Juanito señalando la fábrica-. Tenemos que encontrar una solución rápida antes de que todo empeore.

Los niños regresaron al pueblo e informaron a todos sobre la situación. Juntos organizaron una reunión para buscar ideas y soluciones para limpiar el riachuelo. - Podríamos pedir ayuda a los adultos para limpiarlo manualmente -sugirió Martina.

- Eso llevaría mucho tiempo y no sabemos si funcionaría -dijo Sofía-. Necesitamos una solución más rápida y efectiva. Fue entonces cuando Tomás, un niño muy inteligente, tuvo una idea brillante. Recordó que en la escuela habían aprendido sobre los filtros de agua y cómo purificaban el líquido.

- ¡Podemos construir un filtro gigante para limpiar el agua del riachuelo! -exclamó Tomás emocionado. Los niños se pusieron manos a la obra. Con materiales reciclados, construyeron un enorme filtro en forma de árbol.

Utilizaron ramas como tubos por donde pasaba el agua, piedras para filtrar las impurezas y arena para purificarla aún más. Cuando terminaron su creación, colocaron el filtro en el riachuelo y esperaron ansiosos a ver si funcionaba.

Poco a poco, el agua comenzó a fluir cristalina nuevamente. Los peces regresaron y las flores volvieron a florecer con todo su esplendor. El pueblo entero celebró la victoria de los niños.

Todos estaban orgullosos de ellos por haber encontrado una solución tan ingeniosa para salvar al riachuelo. A partir de ese día, los adultos tomaron conciencia sobre la importancia de cuidar la naturaleza y enseñaron a sus hijos cómo preservarla.

Los pájaros volvieron a cantar con alegría cada mañana y los niños siguieron jugando entre árboles y flores sin preocuparse por la contaminación del riachuelo. Y así fue como aquel pequeño pueblo aprendió que todos, grandes y chicos, pueden hacer la diferencia cuando se unen por una causa justa.

El poder de la creatividad y el trabajo en equipo lograron salvar al riachuelo y mantener vivo el hermoso equilibrio de la naturaleza.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!