El Frutal Sueño de Mamá



Había una vez en una ciudad muy colorida, un papá llamado Javier y una mamá llamada Sofía. Llenos de amor y de sueños, deseaban tener un bebé, pero los médicos les habían dicho que eso no sería posible. Sin embargo, un día, algo mágico sucedió.

"¡Javier! Creo que siento algo muy especial en mi pancita. ¿Y si...?") Sofía dijo con una mirada esperanzadora.

Javier la miró sorprendido, pero esperanzado.

"¡Sería maravilloso! Vamos al médico a comprobarlo."

Cuando fueron al consultorio, el médico les sonrió con un brillo en los ojos.

"¡Es increíble! ¡Estás embarazada, Sofía!"

Ambos se abrazaron llenos de alegría, mientras el médico les hablaba de cuidar el embarazo.

"Necesitamos comer saludable. Estoy segura de que quiero frutas. ¡Frutas de todos los colores!" decía Sofía emocionada.

A partir de ese momento, cada día, Sofía deseaba probar una nueva fruta. A veces quería fresas, a veces kiwis, y hubo días en que sólo quería mangos. Así, su pancita crecía y el amor en su casa también. Javier entonces decidió ayudar a su esposa con unas compras especiales.

Un día, Sofía le pidió algo diferente.

"Javier, creo que por hoy quiero algo especial, como un frutal en el jardín. Sería hermoso tener un lugar donde cultivar frutas para nuestro pequeño.

A Javier le encantó la idea. Empezó a investigar sobre los frutales y se puso manos a la obra.

"Mirá Sofía, hoy comenzamos a plantar un naranjo y un duraznero. Cuando nazca nuestro bebé, tendrá sus propias frutas!"

Sofía sonrió con lágrimas de felicidad.

Los días se convirtieron en meses, y Sofía siempre decía:

"¡Cuidado! Nuestras frutas están creciendo, y así también mi amor por nuestro bebé."

Pero un día, un gran viento sopló y las nubes cubrieron el cielo.

"¡Mira el cielo, Sofía! ¡Es una tormenta!" dijo Javier preocupado,

"No te preocupes, juntos podemos hacerlo, así como nuestro amor ha superado muchas adversidades."

Mientras esperaban el gran día, la tormenta se desató. Afortunadamente, todos los frutales estaban bien protegidos por una cerca. Sofía animó a través del ruido de la tormenta.

"¡Esto no detendrá nuestra felicidad! Cada gota es alimento para nuestras frutas!"

Finalmente llegó el día mágico después de mucho tiempo de espera. Sofía y Javier fueron al hospital.

"¿Estás listo para conocer a tu bebé?" dijo el médico.

Y después de mucho esfuerzo y amor, en la sala de parto, Sofía escuchó el primer llanto de su bebé y exclamó:

"¡Es un hermoso niñito!"

Javier abrazó a Sofía con amor infinito.

"Nuestras frutas estarán aquí para recibirlo a él. ¡Bienvenido al mundo!"

Regresaron a casa con su pequeño, y al abrir la puerta del jardín, vieron que el naranjo y el duraznero florecían junto al nuevo integrante de la familia.

"¡Mirá Sofía! ¡Todo ha crecido, como nuestra familia!" n "Sí, y cada fruta tendrá una historia que contarle a nuestro niño."

Así, el jardín se llenó de risas y sabores cada día. La historia de su amor y su lucha por tener a su bebé se convirtió en el cuento más hermoso, ¡una inspiración para todos! A partir de entonces, en su hogar, cada fruta comía era un recuerdo de su viaje y la certeza de que los sueños pueden convertirse en realidad con amor.

Y así fue como Sofía, Javier, y su pequeño vivieron felices, rodeados de risas, frutas y amor que no conocía límites.

FIN.

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