El fruto mágico en el bosque



Había una vez, en un hermoso bosque argentino, cuatro amigos muy especiales: El Zorro, El Ratón, La Tortuga y La Gallina. Cada uno de ellos tenía habilidades únicas que los hacían especiales.

El Zorro era astuto y valiente, siempre estaba buscando aventuras emocionantes. El Ratón era pequeño pero muy inteligente; siempre encontraba soluciones creativas a los problemas. La Tortuga era lenta pero perseverante; nunca se rendía y siempre llegaba a su destino.

Y por último, La Gallina era amable y generosa; siempre cuidaba de sus amigos. Un día soleado, mientras exploraban el bosque juntos, encontraron un árbol gigante con un fruto mágico en la cima.

Todos quedaron maravillados al verlo brillar con colores vivos y vibrantes. "-¡Qué hermoso fruto! Debe ser delicioso", dijo la gallina emocionada. "-Parece que está fuera de nuestro alcance", comentó el ratón preocupado. "-No te preocupes amigo ratón, puedo trepar hasta allá", ofreció el zorro con confianza.

Sin embargo, antes de que pudiera intentarlo, la tortuga intervino: "-Esperen amigos míos. No es necesario arriesgarse tanto para conseguir ese fruto". Todos miraron a la tortuga sorprendidos.

¿Cómo podría ella ayudarlos? La tortuga explicó su plan: "-Si cada uno utiliza sus habilidades únicas en conjunto, podremos alcanzar el fruto sin poner en peligro a nadie".

El zorro escuchó atentamente e intrigado preguntó: "-¿Cómo lo haremos?"La tortuga sonrió y dijo: "-El zorro puede trepar hasta el árbol con su agilidad, luego el ratón puede subirse a su espalda y saltar hacia la rama más baja. Por último, la gallina puede volar desde allí hasta el fruto y traerlo de vuelta".

Todos estuvieron de acuerdo con el plan y comenzaron a trabajar en equipo. El zorro trepó hábilmente al árbol mientras la tortuga esperaba pacientemente abajo. "-¡Listo! ¡Ya estoy en la rama más baja!", gritó emocionado el zorro.

El ratón se subió rápidamente a su espalda y saltó hacia la rama más baja. Desde allí, La Gallina voló grácilmente hasta el fruto mágico y lo agarró con sus patas. "-¡Lo conseguimos!", exclamaron todos felices. Bajaron del árbol cuidadosamente para no dañar el fruto mágico.

Al llegar al suelo, decidieron compartirlo entre los cuatro amigos. Cada uno probó un pedacito del fruto mágico y sintieron una energía especial recorrer sus cuerpos.

Se dieron cuenta de que juntos eran aún más fuertes y capaces de superar cualquier obstáculo que se les presentara en el futuro. A partir de ese día, El Zorro, El Ratón, La Tortuga y La Gallina se convirtieron en un equipo inseparable.

Utilizaban sus habilidades únicas para ayudarse mutuamente en cada aventura que emprendían. Y así, aprendieron que trabajar en equipo es lo mejor que pueden hacer para alcanzar grandes logros. Cada uno es especial a su manera, y cuando se unen, no hay límites para lo que pueden lograr.

Y así, los cuatro amigos vivieron felices y aventuras emocionantes juntos, compartiendo siempre la magia del trabajo en equipo. Fin.

FIN.

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