El fuego de la valentía


Había una vez una niña llamada Delfina que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Delfina era una niña muy alegre y curiosa, siempre estaba lista para aprender cosas nuevas y hacer amigos.

Un día, su mamá la despertó temprano por la mañana y le dijo: "¡Delfi, es hora de ir a la escuela!"Delfina se levantó rápidamente, se vistió con su uniforme escolar y desayunó con entusiasmo.

Estaba emocionada por pasar otro día lleno de aventuras en la escuela. Cuando llegaron al colegio, Delfina corrió hacia sus amiguitas que ya estaban jugando en el patio. "¡Hola chicas! ¿Qué están haciendo?"- preguntó Delfina con alegría.

"Estamos jugando a las escondidas"- respondieron sus amigas mientras se reían. Delfina se unió al juego y juntas jugaron durante el recreo. Después del recreo, fue el momento de entrar al salón de clases para estudiar.

La maestra les enseñaba matemáticas y español, dos materias que a Delfina le encantaban. Mientras aprendían sobre los números y las letras, hubo un giro inesperado en la historia. De repente, sonó la campana de emergencia y todos debieron salir rápidamente del aula. "¿Qué está pasando?"- preguntó Delfina preocupada.

La maestra les explicó que había habido un pequeño incendio en la cocina pero que no había peligro. Todos debían salir del edificio hasta que los bomberos lo controlaran completamente.

Los estudiantes se dirigieron al patio y Delfina, a pesar de estar un poco asustada, decidió hacer algo para ayudar. Recordó que en la clase de ciencias habían aprendido sobre cómo apagar un fuego usando una manta.

Rápidamente corrió hacia el salón de clases, tomó una manta y volvió al patio. "¡Chicos! ¡Podemos usar esta manta para sofocar el fuego!"- exclamó Delfina emocionada. Todos los niños siguieron su ejemplo y juntos lograron apagar el incendio antes de que llegaran los bomberos.

La maestra estaba muy orgullosa de ellos y les felicitó por su valentía y trabajo en equipo. Después del susto del incendio, regresaron al salón de clases donde continuaron con sus lecciones.

Todos estaban emocionados por haber sido parte de una situación real en la que pudieron aplicar lo que habían aprendido en clase. A medida que pasaba el tiempo, Delfina seguía siendo una niña curiosa y llena de alegría.

Disfrutaba cada día en la escuela, jugando con sus amigas y aprendiendo cosas nuevas. Siempre recordaría aquel día en el que demostró su valentía apagando el fuego junto a sus compañeros. Y así, Delfina siguió creciendo felizmente rodeada de amigos y siempre lista para enfrentar cualquier desafío con alegría y determinación.

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