El Fuerte de Gabriel
. Él tenía una gran imaginación y le encantaba crear historias en su cabeza, pero siempre se sentía solo en el recreo mientras los demás niños jugaban juntos.
Un día, Gabriel decidió construir un fuerte con ramas y hojas en un rincón del patio de la escuela. Mientras trabajaba, vio a un grupo de niños acercándose hacia él. Gabriel se puso nervioso al principio, pero luego decidió mostrarles su obra de arte.
- ¿Qué estás haciendo? - preguntó uno de los niños. - Estoy construyendo mi propio fuerte - respondió Gabriel con timidez. Los otros niños se quedaron mirando por unos segundos. Luego, uno de ellos dijo:- Eso es genial! ¿Podemos ayudarte? Gabriel no podía creerlo.
Los niños que antes lo ignoraban ahora querían jugar junto a él y ser parte de su creación. Juntos construyeron el fuerte más grande que jamás hubieran visto en el colegio.
A partir de ese momento, Gabriel comenzó a sentirse aceptado por sus compañeros y disfrutaba cada día del recreo junto a ellos. Sin embargo, pronto descubrió que algunos de los chicos no eran tan amables como parecían...
Una tarde mientras jugaban dentro del fuerte recién construido, uno de los chicos tomó la pelota con la que estaban jugando y la lanzó muy lejos para que nadie pudiera recuperarla. - ¡Esa pelota era mía! - gritó Gabriel enfadado.
Pero los demás chicos simplemente rieron y lo dejaron allí solo sin nada para jugar nuevamente. Gabriel estaba triste otra vez. Sin embargo, no se rindió y decidió buscar una solución.
Recordando las historias que creaba en su cabeza, comenzó a imaginar un juego nuevo para jugar con sus compañeros. - Chicos, ¿quieres jugar a mi nuevo juego? - les preguntó Gabriel con entusiasmo. Los demás chicos aceptaron y pronto estaban disfrutando de una emocionante aventura imaginaria que Gabriel había creado.
Todos se divirtieron mucho juntos y olvidaron la pelota perdida. A partir de ese día, los niños del colegio valoraron la creatividad e imaginación de Gabriel y lo respetaron por quien era.
Aprendieron que ser diferente no es algo malo, sino que puede ser muy divertido si abren sus mentes a nuevas ideas. Gabriel nunca volvió a sentirse solo otra vez en el recreo gracias a su valentía para mostrar su creatividad al mundo.
FIN.