El futuro que yo veo



En un pequeño pueblo llamado Esperanza, había una niña de diez años llamada Lila. Lila era una soñadora, siempre mirando las nubes y preguntándose cómo sería el mundo en el futuro.

Un día, mientras exploraba el viejo desván de su abuela, Lila encontró un extraño libro cubierto de polvo. En la portada decía "El futuro que yo veo". Sin pensarlo dos veces, lo abrió y encontró un mapa que indicaba el camino hacia un lugar misterioso llamado Valle de los Sueños.

"¿Qué será este Valle de los Sueños?" - se preguntó Lila emocionada. "¡Tengo que averiguarlo!"

Con una mochila llena de provisiones, Lila se despidió de su mamá.

"Voy a buscar el futuro, ¡volvere pronto!" - le dijo con una gran sonrisa.

Siguiendo el mapa, Lila caminó por campos llenos de flores, cruzó ríos y subió montañas. Finalmente, llegó al Valle de los Sueños, que estaba lleno de mariposas brillantes y árboles que hablaban.

"¡Hola, pequeña viajera!" - dijo un árbol con voz suave. "¿Qué buscas en este lugar mágico?"

"Busco el futuro y saber cómo será el mundo" - respondió Lila.

"El futuro, querida, no es un lugar, sino una serie de decisiones, sueños y esfuerzos. ¿Qué quieres ver en él?" - dijo el árbol, moviendo sus hojas.

Lila se sentó bajo la sombra del árbol y, tras pensarlo un momento, dijo:

"Quiero ver un mundo donde todos sean felices y cuiden la naturaleza".

Entonces, el árbol cerró los ojos y, con un susurro mágico, hizo que Lila viera un destello de su futuro.

En su visión, Lila vio un planeta lleno de vida, donde las personas plantaban árboles y reciclaban. Las comunidades trabajaban juntas para crear energías limpias y cuidar la fauna. Pero de repente, vio un oscuro monstruo llamado Contaminatus que intentaba llenar el aire de humo y quitar la alegría del pueblo.

"¿Qué es eso?" - preguntó aterrorizada.

"Ese es el futuro que puede suceder si no cuidamos nuestro hogar" - explicó el árbol. "Tú tienes el poder de cambiarlo con tus acciones y tu voz. ¡Tú eres una parte importante del futuro!"

Lila se llenó de determinación.

"Voy a hacer algo al respecto, y no solo yo, ¡todos podemos hacerlo!" - gritó con agitación.

El árbol sonrió satisfecho.

"Así es, y también puedes inspirar a otros a unirse a ti. ¡El verdadero cambio empieza con una sola persona!"

Lila regresó a su pueblo, convencida de que el futuro no estaba escrito, sino que se construía día a día. Comenzó por organizar con sus amigos una jornada de limpieza en el parque y pidió a todos que trajeran botellas reciclables para hacer una gran obra de arte.

Con cada acción, Lila mostraba a los demás lo que habían visto en el Valle de los Sueños. Más niños se unieron a sus esfuerzos y, poco a poco, el pueblo se llenó de iniciativas para cuidar la naturaleza. Plantaron árboles, limpiaron ríos y compartieron su idea sobre energías alternativas.

Un día, Lila fue invitada a una reunión en el municipio para contar su experiencia y cómo todos podían ayudar. Nerviosa, se dio cuenta de que tenía una voz poderosa.

"¡El futuro es un reflejo de nuestras decisiones!" - empezó a hablar ante un grupo de adultos curiosos. "Podemos hacer de este mundo un lugar hermoso si todos ponemos de nuestra parte."

La gente la escuchó con atención. Finalmente, el municipio decidió apoyarla y crear programas de reciclaje y educación ambiental en las escuelas. Lila había inspirado a toda su comunidad.

Los años pasaron y Lila se convirtió en una joven activa en su comunidad, trabajando junto a muchos amigos y vecinos por un futuro mejor. En cada acción que realizaban, Lila recordaba las palabras del árbol y cómo todo había empezado con un sueño.

Y así, en el pequeño pueblo de Esperanza, el futuro que Lila vio se fue convirtiendo en realidad, lleno de risas, amor y naturaleza.

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FIN.

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